jueves, 19 de noviembre de 2009

Veronika Zondek



Verónica Zondek (Santiago, 1953). Poeta, traductora y gestora cultural. Licenciada en Historia del Arte en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Forma parte del comité editorial de LOM Ediciones y es asesora externa del Departamento de Coordinación de Extensión de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile. Algunos de sus libros publicados son: El hueso de la memoria (Ed. Último Reino, 1988), Vagido (Ed.Último Reino, 1991), Entre lagartas (Ed. Lom, 1999), El libro de los valles (Ed. Lom, 2003), El ojo atravesado I y II (Ed. Lom, 2005). Su más reciente publicación es Por gracia de hombre (Ed. Lom, 2008).




EN CARNE VIVA



A los hombres del carbón

Bien valga mi Lillo un Baldomero
que no alcanza tanta oscuridad
ni tanto temblor en la canilla
para verter el maltrato en fogón tan ardiente.
Bien valgan palabras de diablo
en túneles de ferocidad sin placa ni firma
y anonimato de ojos y yermos pies
para latir el terror de la entraña.
¿Quién nace esos cuerpos al destino hambriento?
¿Quién al desgraciado socavón que devora desdentado
frío al alero de la noche y el sol de los días
frío al aire y el agua y el verde y el azul?
¿Quién digiere manojos carnudos en dinero sonante
en opulencia tanta y de guarda en el tiempo?
De par en par las compuertas que el hombre chico
y las sonajeras de tristeza que amamantan el dolor
y candente el grisú azulado en la extensa topografía del sofoco
que también el ojo tirita blanco en la fibra del alma tensa
y cobra el aliento de la cuerda
y el violín y el suspiro y el aguante
hasta quebrar la vértebra ¿dónde?


La vida se enaltece a empujones.
‘Patas negras’ en los tugurios de la noche
niños truncos en los días sin sol
parientes topos del frío
vagos vagueros de túnel en túnel en túnel
para que sobre la fachada de la tierra
se erijan señoras y fuentes y estatuas francesas
y se haga el ladrido eléctrico avance
y reine en solo la importancia verdadera del dinero
amén de lo que Lillo Baldomero pudo y quiso decir
que la cuenta es necesaria amén de los socavones
y no más hoyo más hoyo negro en la memoria
que azabache el polvillo nos lanza oscuros al tremedal.





DETENIDO-DESAPARECIDO


Pasa volando.
Vive.
Dos lo encajan bajo el ala.
Suben.
Tres son los que se elevan.
Trinidad y moscardón a la distancia.
Muge el vaquerío.
La hoja del corvo está helada.
Brilla el monosílabo que ejecuta la orden.
Cae el plomo por los aires en azul vértigo y rojo.
Sé.
Soy la testigo.


No tengo nombre.



de POR GRACIA DE HOMBRE (2008)

Leonardo Videla

Leonardo Videla (San Bernardo, 1978). Sus poemas han aparecido en las antologías Hipocampos (EVA Ediciones, 1998), Compañeros de Juego (Ed. Barba de Palo, 2001) y Sur Fugitivo (Ed. La Jauría, 2004). En el 2000 publica el libro de poesía La Escalera Anterior (Ed. Leviathan). Fue becario de la Fundación Neruda el año 2003 y el 2005 recibe la Beca de Creación Literaria del Fondo del Libro.




LA CARRERA DE POETA




La tradición es insoslayable
si hay que dedicar un poema al heredero.
Rojas, por ejemplo, tiene uno que declara
“Lihn tiene la palabra”, o algo por el estilo.
Como quien dice con un gesto
invitante de la mano: yo ya no estoy
para estos trotes, cabros. Estoy viejo.
Numinizado. Y si quieren
seguir esta carrera, cabros,
antes de copiarle a Pound cópienle
a Enrique, que es casi chileno.


Y uno sigue el consejo —y aunque
temes que aún le quede aliento,
a los 15 años detienes un segundo
tu carrera, tomas un clip del escritorio,
lo pliegas y le das forma de mariposa
muerta, y con ese marcapáginas
ad hoc cierras Del relámpago
en una página cualquiera, la primera
si eres siútico, así como quien jura
que, aunque ya sobrepasado, a Gonzalo,
cabros, se le sigue leyendo
al menos para no olvidar el canto.


Y sigues el consejo (aprendiz de corredor:
ya pasaste a uno por los palos
y ahora es el turno del siguiente más veloz)
y he aquí que antes de los 17
ya te has tragado Las Esferas, Manhattan
y ahora, en aire de desencanto, a punto
de irte alado por Ahumada, ya te sientes
un poeta-ciudadano —suspicaz,
supercrítico, no-global quizás—
pero poeta al fin y al cabo; y para un poeta,

cabros, la tradición es insoslayable
si hay que dedicar un poema al heredero.
Insoslayable, incluso, en la misma
tentación de elegirse uno: lo sorprendimos
espiando a través de los vidrios empañados
—¿del acuario, del invernadero?—,
observando al otro lado las maniobras
de la diáspora chilena, vibrando
con el roce de sus antenas cuando
se cruzaban en alguna capital europea,
y eligiendo, finalmente, desde el estrado
(también Lihn hizo de jurado),
con un gesto invitante de la mano,
a Roberto, el más suculento
crustáceo de ese tiempo, agregando
en el acta de premiación: “Bolaño
tiene la palabra”. O algo por el estilo.


Detengamos un momento la carrera
y meditemos sobre esto.
La primera pregunta es instintiva:
¿se trata de la misma palabra en uno
y otro caso? Y si es así, ¿desde cuándo
se la vienen pasando, esa palabra,
como al testigo en la carrera de las postas?
No lo sabremos, creo. Todos o casi
todos los involucrados en este caso
están muertos. Sabemos, eso sí, que bastan
dos para dar la apariencia de infinito,
y que tres son garantía de que algo extraño,
muy extraño ha venido pasando
(¿desde cuándo?, ¿y quién, si puede saberse,
se la pasó a Gonzalo en un principio?).


La segunda pregunta, en cambio,
con un trabajo de equipo podría responderse
de inmediato, y por eso, cabros, mientras
yo vuelo por sitios que violan todos
los copyrights y voy a caza de inéditos
de la poesía nacional, les pido
que rápidamente busquen en Bolaño
la famosa palabra que Rojas le pasó a Lihn
hace tantos años ya. Podremos
comparar, dar nuestras opiniones,
quizás votar las alternativas mejores.
Todo eso más tarde, en todo caso.
Por ahora, cabros, lo importante

es que con el aliento suspendido
(se les va la vida en esto, creo)
busquen en Bolaño: “X tiene la palabra”;
porque si lo dijo, cabros, si lo pillan,
eso o algo por el estilo, si la tradición
es insoslayable hasta el punto
que los muertos eligen herederos,
si ninguno se llama X y por lo tanto
no tenemos la palabra —no
tenemos el testigo— es que hemos
estado corriendo la carrera equivocada
y no era la velocidad, cabros,
ni el arte del canto, ni la astucia supercrítica
ni el desencanto sino un simple
gesto de la mano —invitante,
con un obsequio muy ligero
entre los dedos, como un aire
(o como un premio)—
lo que nos mantendría en esta pista.

 
 
del libro inédito SAFARI

Jorge Velásquez

Jorge Velásquez (Castro, 1972). Reside en Osorno. Comenzó a escribir poesía en el Taller Literario del Liceo Politécnico de Castro, que luego se transformó en la última promoción del grupo Aumen. Muestras de su poesía se han publicado en revistas nacionales y extranjeras, como también en varias antologías de poesía joven chilena. En coautoría con Bernardo Colipán publicó la antología crítica Zonas de Emergencia (Ed. Paginadura, 1994) que incluye a nueve poetas y tres ensayos acerca de esta generación de escritores. En el año 2006 publica La iluminada circunferencia. Actualmente prepara el libro Guaitecas.





TORNEO 73


Tadeo Velásquez, central del Tricolor y Amado Millán Manquilepi, del San Luis de Lin lin
jugaron su propio partido en Achao
Los cruzaron en la cancha más oscura y sin faroles
Podían intuirse hasta los descuentos

Habían metido un gol dicen, afuera del partido
Aunque nunca en su bendita inocencia gritaron por la UP

No ganaron la Libertadores ese año

y Teniente Rastrillo
    precisamente no era uno de sus hinchas

Estuvieron me cuentan, frente a un arco vacío

esperando

una o dos Tarjetas

Más rojas que el horizonte.





EL HIJO DE CHARLY


Son tantas las historias que podría contarte hijo
tantos los torneos como muertes picoteándome los ojos
pero vi, te juro, los mejores jugadores en esta isla
cuando tu no conocías representantes
ni la TV se veía con la espesura del monte

Los Álvarez y Yáñez del Insular y Victor Hugo
                                                  tomando el mediocampo
de Caguach Los Mayorga rápidos como bauda
Los Molinas en su bote llinguano construyendo victoria
                                    con la cabeza de Manzani

Vi a Rogelio volando hasta el infinito con una tapada
que tu podrías emular cuando te pruebes en Palestino
cuando a tu isla recuerdes con La Estadio entrevistándote
vi también un extraño espejismo
como si el dolor preparara del respiro sus últimas esencias

“En alguna parte hay un Domingo
y los Torneos se juegan igual sin Profesionales”

Un poco de luz debe entrar a la cocina
para que el abuelo a los pájaros deje salir entre la niebla

¿Quién dirá que el silencio rebota en la amargura?
¿No será el fuego de una espiga adversario de su mito?

Hijo no te olvides,
No

Los padres deben a los ríos volver sus ojos
cosechar lo que se ha sembrado de madrugada
porque el juego es la sentencia del desamparo.





de LA ILUMINADA CIRCUNFERENCIA (2006)






GUAITECAS




Mar e isla
Mar
Islotes
Temblorosas hierbas
Hielo pleistocénico
Agua colosal de las Guaitecas
Corriente en el roquerío
Barbas disfrazadas con el témpano
Raíces debajo de las gaviotas
Sargazos levantan un barranco de mar
Islas Magdalena, Riveros
nubes dibujan árboles en su sombra
El sol resplandece un conchal en Nalcayec
Fiordo Elefante es una ladera anclada en el viento
El mar escurre algas para las rocas
            lentitud y frenesí
            música y torrente
Semillas florecientes en los peñones
Frutos tatuados en el ala de un caiquén
Islas Benjamín, Victoria
La humedad rebrota un paraíso de helechos encubiertos
¿Quién desmorona el corazón salvaje oculto en el ñirre?
¿Qué hoguera trenza la luz para recoger restos de gaviotas
que se consumen entre la lamilla?
Ascesión
Isla Elvira
Árboles escriturados
Cavernas de lobos
Alerces montados en sus anillos
Fósiles desdentados frente a la austeridad
Agua
Gélido monte en su barbarie
Tiempo recién nacido de la cordillera
Remos invisibles
No importa si el timón vira hacia la derecha o la izquierda
La isla se hunde en su propio bote.
 
 

del libro inédito GUAITECAS

Bruno Serrano Ilabaca


Bruno Serrano Ilabaca (Chillán, 1943). Realizó estudios de Bellas Artes, Teatro y Filosofía en la Universidad de Chile. Ha impartido talleres literarios a pobladores marginales, prisioneras políticas, estudiantes e hijos de víctimas de la dictadura militar. Ha publicado los poemarios El Antiguo ha Sucumbido (Ed. Quilla de Navío, 1979), Poesía Subterránea (Ed. Corsario Record, 1981), Exilios (Ed. Tragaluz, 1982), Olla Común (Ed. Tragaluz, 1984), Poesía Prisionera, compilador. (Ed. Literatura Alternativa, 1988), Fin de Muslo (Ed. Fértil Provincia, 1991), El Corazón Tiene Alas de Ave de Paso (Ed. Tiempo Nuevo, 2002) y Fértil Provincia i Desterrada (Ed. Elogio del Horizonte, 2008). En narrativa ha escrito Los Rele-gados de Lo Hermida (Ed. Warrúa Filla, 1986), Maldito Cristóphoro Colombo (Ed. Fértil Provincia, 1993) y Los Náufragos (Ed. Fértil Provincia, 2006).





POEMAS RURALES (Montura Chilena)
LAS GRANDES ALAMEDAS


1
Anoche solté las bestias al potrero
Mi caballo no entiende
Que Andy Warhol haya pintado una lata de tomates
Le molestan los estribos golpeando sus verijas
Me tiene prohibidas las espuelas
Susurra:
Los animales entienden con palabras.


2
Vamos al galope por los campos de trigo de Millet
A mi caballo
Le costó aceptar las herraduras
Hubo que meterle clavo en las pezuñas
A la montura inglesa
prefiere la chilena
Son de oveja lanuda los peleros
Y la cincha no aprieta hasta la asfixia
Vamos al paso por un potrero iluminado de Van Gogh
Su cola espanta las moscas
La levanta
Defeca un montón aromático de bosta
sobre una Coca Cola
                                 sembrada en el camino
mientras se abren las grandes alamedas


3
La muerte es un suspiro,
Bufa mi caballo con la tuza flameando al viento
del galope
El polvo de sus patas sobre el camino terroso
es una humareda por donde filtra el sol su rayería
Relincha acezante
La muerte nos cae como un rebencazo sobre el lomo,
Como un espuelazo en los ijares
Como un clavo mal puesto en la herradura


4
(La carabina en la montura)
Llevo la Winchester cruzada en la montura
Y la bandera azul del wenu mapu
flameando en el coligue
Mi caballo masca el freno del bozal
por pura adrenalina
Sabe que la muerte es un suspiro y siempre nos alcanza


5
(Valle de la luna)
Maldito fue en plena cordillera de Domeyko
Bajando por el salar a Toconao
Era noche
El valle de la luna se iluminó de luz amarga
En kunza dice, en voz lickanantai el conjuro
Para espantar a la muerte que ha navegado de occidente,
Pero ella se descuelga incontenible por laderas del valle de la luna



6
(Pradera)
Mi iglesia es una pradera donde Ngenechen desciende de la cruz
Mi caballo galopa con la bandera azul del cielo
en círculos de polvo rodeando las ramadas
Al centro el rewe, pax vobiscum o algo parecido
Exclama
No entiende bien la lengua de la tierra
Galopa sudando en medio de otros caballares
La iglesia es esta planicie en Maiquillahue donde
Chao Ngenechen escucha a los lafkenche en su rogativa



7
(Equinas Divagaciones Fronterizas)

(a)
Mi caballo tampoco comprende la lengua kawésqar
Aesquiq sáes at cécel
Nunca navegó por el Golfo de Penas
hasta el Canal Messier
No fue criado en la Isla Wellington
Tampoco sirgó por los canales con la familia Tonko Paterito
Mi caballo cree que lo desconocido por él
No existe
Aesquiq sáes at cécel, ésta es mi casa murmura Gabriela Paterito Kaac
La última hablante de su lengua,
que cabalgó canoas de corteza montadas al lomo de las aguas
del olvido


(b)
En Rapa Nui los caballos son bien considerados
No es bueno el forraje,
Mucho suelo volcánico, medita
Pero los Rapa nos consideran sus hermanos
Y son buenos jinetes los tahina
Me contaba un viejo potro alazán
Que trotó largos años en la isla. Y retornó a morir al continente
Ya no se vive tranquilo en esas tierras
Mucho extranjero, mucho chileno, mucha droga...
Falleció en Chile junto a su vieja yegua percherona
To´hoku Mahatu m´ oku koe
Hanga rahi atu kia koe
Mi corazón es para ti, te quiero mucho
Me dicen sus últimos relinchos

 
 
 
 
del libro inédito POEMAS RURALES Y DE INDIAS

Daniela Senn


Daniela Senn (Santiago, 1986). El 2004 participó en el taller de poesía dictado por la poeta Soledad Fariña en la Universidad Finis Terrae. El 2005 se traslada al sur para licenciarse luego en antropología por la UACh. En dicho contexto universitario forma el colectivo literario El Megáfono, quienes editan una revista homónima. El 2008 obtiene la Beca de Creación Literaria, de la cual surge En Extinción (Ed. Lingua Quiltra, 2009), su primera publicación individual.







ÚLTIMA REACCIÓN



A cada crepitar del tiempo
sonoro y deslizante
toco el sentido con la lengua encendida
lapsos que suenan a otro lenguaje
fárrago irrumpiendo hacia los ojos
y al originario olvidarlo siempre.


El telón acaricia su caída.
Todo verde disfraz acusa óxido
sinceros robos que solidarizan
y engrandecen tristes espíritus.

Respiran con un solo órgano
adorando andar con los pies
un trozo de cuerdas vocales
para cada uno de los productos industriales
-el légamo se adhiere con facilidad-
una letra multiuso se cuela
el dictamen es unánime.

Motor a gran escala colectivo
Movimiento. Partido. Religión. Autoayuda.
Los suicidas no asumen su muerte en vida
se unen
y marchan.




INMUNE


El veneno huyó del calabozo.
estaba en el cauce
escondido tras la pluma
de mi membrana circundante.

 
 
 
Poemas inéditos.

José Eugenio Sánchez


José Eugenio Sánchez (Jalisco, 1965). Reside en la ciudad de Monterrey, México. Ha publicado El mar es un espejismo del cielo (1990), Tentativa de un sax a medianoche (1992), El azar es un padrote (Ana Fernández editor, 1995), Physical Graffiti (Ed. Visor, 1998), La felicidad es una pistola caliente (Ed. Visor, 2004) y Escenas sagradas del oriente (almadía, 2009). En 1996 perteneció al Internacional Writing Program de la Universidad de Iowa y en 1997 obtuvo el X premio internacional de poesía de la Fundación Loewe.





MIS RENTERAS


aunque las tres son señoritas
la más joven tiene 62

no me pidieron referencias:
una dijo que me parecía
a cristo

espero no llegue el día
en que me pidan les arregle la puerta
el matamoscas la regadera

ya me imagino yo con una estilson entrando al baño
siendo testigo de una penosa tragedia:

una mujer con piel de trapo
y el cabello enjabonado diciendo:
vente chiquito
o si le tienes miedo al agua vamos a la alcoba
nada más pásame el bastón
sirve que me pegas con él




de PHYSICAL GRAFFITI (1998)






EL DÍA DE LAS GUACAMAYAS


codornices disfrazadas de guacamaya
avestruces disfrazadas de guacamaya
águilas disfrazadas de guacamaya
tucanes cóndores palomas mariposas disfrazadas de guacamaya
pájaros bobo de patas azules disfrazados de guacamaya
cuervos pelícanos gorriones cenzontles cardenales disfrazados de guacamaya
mi periquita y yo disfrazados de guacamaya
era el día de las guacamayas

las cotorritas disfrazadas de guacamaya
les daban cortón a las guacamayas que no llevaban disfraz
las urracas disfrazadas de guacamaya picoteaban cualquier grano
mazorca o calva que espulgar
los marabúes disfrazados de guacamaya rondan
las vacas disfrazadas de guacamaya no sabían qué hacer
era el día de las guacamayas

mi periquita es una parvada de hermosura
y algunas pajarracas disfrazadas de guacamaya
nos fruncieron el pico al vernos

pero una guacamaya disfrazada de guacamaya
cacareó un discurso sobre volar sobrevolar
y el plumerío festejó hasta alzar el vuelo
y admiró a la guacamaya disfrazada de guacamaya

era el día de las guacamayas







MEDITACIÓN EN LAS COSTAS DONDE LAS TORTUGAS
ENTIERRAN SUS HUEVOS



oh no no no:
contento estoy por el dinero sí
y por las mujeres y los hombres con dinero sí
y por los lugares que lo tienen

mi debilidad sería morir en la bóveda del señor burns
en la chequera del internazionale
o en la polvera de pauline c
adoro el dinero
quiero cuatro clones mostrándome mi ropa cada mañana
y una tribuna de golf charlando conmigo por las noches

en estos momentos de amor maroma rebote frontón pista de hielo
asiento trasero del coche
donde lo único importante es el dinero
y el sexo por dinero
y por dinero la cantante duerme con un loco & un abusivo
& un representante & un depravado: un hombre de siglo xx
en estos días debería haber algo diferente
pero poco puedo hacer con esta mascarilla de pepinos
y el martini que oh casi casi se me tira




de LA FELICIDAD ES UNA PISTOLA CALIENTE (2004)





GORDAS SUMAS POR UNA DELGADA CREDIBILIDAD



calientes gritamos en medio del desierto pasando cigarro mano en mano
somos los más imbéciles para los imbéciles que ocupan grandes puestos
una redada una evidencia
un hipódromo con las mejores apuestas
: un ácido
un solo de guitarra largo e intenso que todos tararean
nuestro engrudo adhiere el presente en la línea punteada del pasado
construyendo en la papiroflexia un alarido
porque entre nosotros
los pioneros del crack la web el código binario
algunos cambiando de look
o de copilotos en un brilloso convertible estirando el brazo de picnic
o en una raya en lo profundo de los hoyos nasales
somos una flor en la ventana
un baño de vapor cerca de la terminal de autobuses
un plato humeante saliendo del microondas
y pasamos entre el polvo del cielo
como una máquina sofisticada y moderna
que siempre ha estado obsoleta
 
 
Poema inédito

Luis Ovidio Ríos


Luis Ovidio Ríos (Tulancingo, 1979). Ha basado su formación en diversos talleres, entre los que destacan los impartidos por Ricardo Yáñez, Alberto Chimal y Estela Leñero. Editor desde 1996, año en que salió a la luz revista La grieta. Fundador y editor de las revistas Ad Livitum y SIC Literatura y otros errores. En 2008, publicó su primer libro de poesía titulado Espantasuegros (Ed.Fridaura). Se desempeña dando talleres creación literaria y clases de guitarra.




OBSEQUIO


Me regalaste una libreta
una pluma y un libro
Cuentos Completos
de Mario Benedetti
mi escritor de cabecera.

La pluma llevaba grabada
un nombre perecido al mío.

Sé que sabes mi nombre
ya te imagino con tus prisas diciéndolo
“Oviedo” te entendió
y así lo grabó.
Dije que no importaba
me pediste la pluma
para cambiarla
no te la di.


No pensaba cambiar
el obsequio de tus prisas
ni la satisfacción de saber
que también te equivocas.




de ESPANTASUEGROS (2008)




***

Te sé en la distancia
los hoteles amarillos nos extrañan
—mejor dicho— te extrañan
a mí ya me miran con malos ojos.

Su furia crece con las noches que no te tuve
de lejos tengo que velar sus sombras
hasta que el sol de paso los pinte
de color olvido.

Anochece la memoria
la nota exacta de tu silencio
la broma cruel de tu ciudad
la brisa fría del sinsentido
la letra eme de tus manos.

Finges tu muerte
mujer que no he de beber
y juega a matarme de sed.

***

Cuando nos casemos
no habrá mariachi
ni música versátil
sino un organillero
que nos deje claro
que el amor es de paso.


***

Si a cantar he de ponerme
voy a agradecerle un pulque
pa’ que en mi garganta esculque
la palabra que no enferme
evitar que el verso merme
pa’ que la gente lo aprenda
el Huapango es una ofrenda
aguamiel detrás del tule
que hace que mi voz fabule
y al decir salud no ofenda.

***


Ordeno mis letras que fingen versos
tarareo indeciso tu boca
busco palpar la mirada de roca
caminar tus pasos que no son tersos

Para rimar escribiré universos
con tu lápiz labial que me provoca
esa enfermedad que la luna invoca
y curas con tus placeres diversos

Érase una vez tu hospicio que acoge
mi palabra escasa y vagabunda
oferta consuelo, luz que recoge

hombres en la desgracia más fecunda
este azar no se evita ni se escoge
herido, ruego auxilio ante la tunda.

***

Poeta
que tiene razón
pierde el juicio.


***

Somos dos hielos
en un vaso de whisky;
dos rocas de un mar seco
que alguien bebió.
Nos derretimos juntos.

¿Quién retiene el vaso en la mano?
Quien nos da vueltas,
                    nos marea
                   como si nosotros bebiéramos;
                   nos observa:
                  siempre hay un hielo que sobrevive del otro
                                                  se alimenta de su frío
                   y apresura la inevitable agonía
                                                 como si fuera ajena.

 
 
 
 
del libro inédito TARAREO

Domingo Retamal


Domingo Retamal (Llanquihue, 1984) Estudia Pedagogía en Lenguaje y Comunicación en la Universidad Austral de Chile. Participó en el taller dictado por el poeta José Mansilla Contreras en la localidad de Tortel. Es miembro editor de la revista universitaria La Trinchera. En la actualidad organiza los ciclos de lectura de Poesía dispersa, realizados periódicamente en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UACh.





EXEQUIAS



Si guardar silencio es respetar mi memoria,
Lárguense de aquí
Entren a la iglesia de la que no me trajeron
Y arránquense la lengua
Con la eucaristía de un domingo por la mañana.





CYNTHIA



A los asesinos de Cyhntia Cortez

Dame la mano
Dámela de una vez y para siempre
no temas
no pretendo hacerte daño
ni mascar tus pechos para beber tu leche tu sangre
ni desaparecer tu cuerpo entre los matorrales.




NAVEGAMOS



Estos tijerales tuyos
se vienen abajo
caen a pedazos incrustándose en mi páncreas
tormenta de invierno:
vendaval de gases gástricos en la memoria colectiva.

Usurpando nuestros puestos en las fábricas abandonadas
Se hallan los féretros de otros hombres
Somos obreros de la muerte y permanecemos cesantes
Desde nuestro nacimiento,
Con las manos atadas tras la nuca
Con las manos atadas y unos verdugos imaginarios
Uniformados con zapatones de payaso triste
con corsés de alambre de púas destrozándole las costillas.

Navegamos de un lado a otro
Dentro de esta botella plástica
sin saber siquiera si recalaremos
en el puerto de las calaveras
para recoger las manzanas podridas
del otoño recién pasado.



Poemas inéditos

Cecilia Podestá


Cecilia Podestá (Ayacucho, 1981). Siguió estudios de literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En poesía ha publicado Fotografías escritas (Premio Dedo Crítico, 2002), La primera anunciación (Ed. Ajos y Zafiros, 2006) y la plaquette Muro de Carne. Dirige el sello editorial de poesía Tranvías Editores y la librería taller Muro de Carne. También escribe dramaturgia, publicando en el 2003 la obra Las Mujeres de la Caja (Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos).





LA PRIMERA ANUNCIACIÓN
(extracto)

Yo quiero que ese niño nazca muerto, María,
Poco me importa ser el padre de un salvador
O el santo que acompañe tu vientre
Tocado por las manos ásperas
De un dios egoísta.
Él
Pondrá sobre tu hijo una corona de espinas
Y lo llevará hacia la cruz de los traidores
Lo llamarán:
El Rey de los judíos
Pero antes será arrastrado por su Jerusalén
Y envidiado por Juan, el hijo de tu prima Isabel,
A ser llamado El Bautista
Que tampoco nace aún en esta tierra
Y tiene ya un destino miserable.
El Tuyo se llamará Jesús
Y le pedirá a un hombre que lo lleve a la gloria
Rogará a un tal Judas que lo entregue a los fariseos.
Él venderá su deshonra
Por un lugar en la mesa de los apóstoles
Para la eternidad.
Y en la hora de su muerte
Tu hijo
Partirá hacia los brazos de su padre con dos ladrones,
Tendrá sed
Y morirá diciendo
Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.

María,
¿Quién te perdonará a Ti en la vejez?
¿Quién te dará otro hijo sin una
Muerte o dolor
Que se anuncie en la boca de un ángel perverso?
¿Quién te dará otro hijo que no sea arrebatado
Para el perdón de nuestros sabios pecados?

Por eso, joven esposa, yo quiero que ese niño nazca muerto.
Gabriel
Me ha dicho ayer en el taller
Que nunca serás mi mujer.
Gabriel te visitará mañana y no podrás ver su
Cola de Rata
O su perfil oscuro.
Te hará caer en la tentación de su dios en el exilio
Y serás la madre del que lleve a su pueblo
A vivir en la culpa de haberlo matado.

Tú los arrastrarás
A vivir escondidos en el temor de desobedecer
A un falso dios,
Que ríe sabiendo ya, que engañó a los hombres
Y les quitó el fuego.

Serás tentada, María,
Ascenderás a los cielos a descubrir una mentira
Y te arrepentirás de nunca haber sido mi mujer
De no haber aceptado hermosos vestidos
Ni bebido de mi saliva
Convertida en vino para tu garganta seca.
Serás tentada y yo te seguiré,
Pero escucha bien lo que te digo, niña de Nazareth,
Poco me importa ser el padre al que todos asuman como
El Salvador.
Poco me importa callar cualquier verdad o mentira,
O saber que los hombres serán engañados
Y adorarán a un demonio con piel de cordero.
Yo
Te seguiré en la tentación
Y cuando no mires
Tallaré un dios,
Un verdadero dios de madera para los idólatras.
Pensaré en el becerro de oro
Y reiré cuando los hombres adoren a tu hijo.
Y cuando no mires,
Cuando no pongas tus ojos sobre mí
Me tocaré,
Soñando con dormir alguna vez sobre tus piernas
Y, así no lo quiera
Seré convertido en el santo que acompañe
y adore tu vientre.
Escribirán sobre nosotros
Y estas palabras serán olvidadas mañana
Cuando Gabriel te hable
Y no puedas ver su cola deslizándose con belleza
Libremente por su lomo.

Caerás en la tentación
Y serás la madre de Jesús,
Yo, su padre.

Porque si nace llorando entre becerros y no muerto
Si nace en un establo y esperando reyes
Lo miraré a los ojos
Y lo llamaré: hijo mío
Le diré lo que tú quieras que él crea
Le haré saber que es el hombre entre los hombres
El hijo de Dios
Le señalaré el camino hacia Judas
Y él,
Hacia la cruz
Pero cuando ocurra la ascensión
Después de treinta días de haber resucitado
Y se sepa una mentira,
También se arrepentirá de no haber besado
A María Magdalena

Entonces verá a su verdadero padre y lo llamará traidor,
Deseará para Él y su risa
La cruz en la que padeció por su nombre.

Te verá a Ti con rabia animal en los ojos
Y te odiará por haber caído en la tentación
De Gabriel
Por no haber visto su cola
O su codicia ante una virgen.
Te reclamará
Madre, ¿qué destino desgraciado aceptaste para mí,
Qué maldición lanzaste sobre esos doce hombres de
Judea
Quienes creyeron que yo tenía una palabra para
Predicar?
Dime, ¿en qué maldición convertiste a Judas Iscariote
Que me vendió
Para que pudiera ser yo rey
Y seas Tú
La madre de los hombres?

Te llamará María
Y te preguntará por tu mala semilla.
No habrá suicidio que te quite la culpa
O cuerpo de Cristo,
Que en babilónicas construcciones,
Te expíe del pecado.

Pero yo, María,
Te amaré entre todas las mujeres
Entre todas las niñas vejadas o sagradas
Y tallaré en ésta -mi vejez-
Una virgen
Para tocar su piel de madera
Besar su boca de astillas

O bailar canciones paganas con su cuerpo rígido.

Entonces odiaré a tu único hijo
Será mi envidia un dardo sobre él
Por haber tocado con su carne tu piel interior
Y haber empezado su reino en tu vientre
Obteniendo tus lágrimas y la de otras mujeres.
Lo odiaré por haber llevado su boca
A tu pezón de niña
Para calmar el hambre y la sed.

Y me preguntaré
¿Cuándo lloraste por mí, esposa?
¿Cuándo apoye mi vejez sobre tus senos?
¿Cuándo toqué la piel de tus intestino




de LA PRIMERA ANUNCIACIÓN (2006)

Antonio Pantoja


Antonio Pantoja, pseudónimo de Ronald B. Céspedes (Oruro, 1980). Activista en derechos humanos, escritor e investigador. Maricón público y rojo. Una de sus mayores pasiones es la escritura de poesía, razón por la cual su obra ha comenzado a ser divulgada en España, Chile, Dinamarca y Alemania. Actualmente se encuentra preparando la publicación de su primer libro de poesía homoerótica Poesía Marica para Machos a realizarse en Madrid. Vive en la ciudad de Sucre, Bolivia.




TRASNOCHADO


Como el espejo que al mirarse así mismo se refleja,
para el recuerdo de mi sentido te guardo en esta memoria.
Te embalo como encomienda para mi viaje interior,
esperando llegues a buen puerto intacto en polvo de carretera.
Te amaso con la mirada como molde pernoctado,
para contemplarte quizás desde la esquina con la que te miro.
No sabiendo acaso tu preferencia frente al que busca y encuentra,
deambulo quejumbroso por el barrio de la Santa Cruz amaneciendo.





SEGUNDO AMANTE


En siete petacas guardaría cada parte de tu cuerpo.
Desfloraría tu castidad azulada para empacharme de tu pubertad.
La gula cebaría así mis orgasmos desbordantes, ajándote la piel
en nombre de los pocos vellos de tu pubis.

Pero es presente. Un presente nostálgico con esencia a cachondeo.

Con gusto mordaz, hubiera ido detrás de ti cuando aún tenías
dieciocho años para encarnarme en tu sexo, anunciándote como un
arcángel el fin de tu virginidad apetecible.

Hubiera reclamado así mi derecho a la primera noche,
a una noche decadente, promiscua, de caprichos perversos
y mordiscos a tus carnes suaves sazonadas.
La leche de tigre habría descendido sobre ti, quedando algo mío
dentro tuyo, con la intención de pasear por el camino de Onán.

Pero esto ya es pasado. Un pasado que aún suspira por el presente.

Eras más digno de devoción que la virgen de aquellos romanos.
Con cirios y velas, la luz opaca de la basílica se hubiera llenado
de una profundidad brumosa mezclada con tu aroma a incienso.

Presente, pasado, completamente igual cuando se trata de ti,
mi niño rezado en ascesis al dios inhospitalario de Sodoma.
 
 

 
del libro inédito POESÍA MARICA PARA MACHOS

Ignacio Osorio

Ignacio Osorio (Buenos Aires, 1966). Ha publicado Acerca de amores, mujeres y otros vicios (Ed. Aku-Risun, 2002) y pica pica bajada cordón (Ï editorial, 2007). Prepara el libro Lo que ella me dejó, poemas de amor y desamor para limpiarse. Es miembro de la asociación Poesía Viva, dedicada a la realización de talleres de poesía en Buenos Aires.




DESDE TERAPIA INTENSIVA


No me queda la menor duda
de que fue una pésima idea quererte


Más aún cuando siento cómo la insulina
va infiltrando mis venas
mediante un bombeo - que suena
como el chistido con el que tanto te gustaba
hacerme callar (¡shhhhhhh!) -
y que busca lograr el equilibrio
de la glucemia
El mismo que mi corazón perdió
ese jueves después de tu llamada
Por el oxígeno no hay problema
La máscara empieza a molestarme
pero dicen que ya “saturo”
¡Increíble! A pesar de todas las muestras
de sangre
orina
y vaya a saber cuántas cosas más
que me habrán hecho
mientras dormía el agridulce sueño
del estar en coma
nadie pudo saber que estaba saturado
de otras cosas
deudas
bancarrota
separación
ácidos comentarios
tu estocada final
¡Saturado de amor hasta los huevos estaba!

Lo que realmente me jodía
era la sonda nasogástrica
tanto que me la arranqué de un tirón
entre los gritos de enfermeros y médicos
Me amarraron como loco
que creen que soy.

En fin
tendrán sus razones
después de todo

Por las dudas
hay un policía de consigna
en la puerta de la sala
que cada tanto viene a cerciorarse
que no me desate y salga corriendo
desnudo por el centro de la ciudad
con cables y mangueras colgando
de mi cuerpo
Yo apenas lo distingo entre la niebla
de las drogas
Con la sonda vesical
no hay nada que hacerle
me duele y arde
como la puta madre
como nada que recuerde
en esa zona de mi cuerpo
pero tengo el consuelo
que hinchada como está
aparenta ser más grande
para deleite de las enfermeras
o eso quiero creer para poder reírme
por lo bajo
un ratito

Tengo que dormir

En unas horas
dicen que habrá visitas
que vendrán
mi madre
mis hermanas
que me traerán sonrisas
de regalo
(los dulces se los incautan
en la entrada me cuentan
no sin cierta ironía)

No me queda la menor duda
de que tu dulzura al final me fue amarga
que me subió el azúcar acremente
que fue una pésima idea quererte
y peor aún escribir un poema
casi sin poder mover la mano
con la lapicera prestada por el enfermero
y en un toallita de papel
en la que la tinta se disfuma
rápidamente
casi tanto
como tu amor.




VOLVER AL BARRIO


Me monté a todos
los caballitos de tu vieja calesita
y me probé todos los disfraces
que me diste
(hasta el de mucamita)

Caminé las calles de tu barrio
lejano

Le conocí
las baldosas
los charcos
las grietas
los amargos buenos días
de sus vecinas gordas
la torpe babosidad
del almacenero que te fía

Crucé sus vendavales
y sufrí los calvarios
de sus soles vehementes


Pisé casi todas las mierdas
de casi todos los perros
(de la del tuyo zafé
porque era yo el que lo paseaba
pocas veces
es cierto)

Hice de tu barrio el mío

Hace una semana tomé por última vez
el 107
que me devolvió a la realidad

 
 
del libro inédito LO QUE ELLA ME DEJÓ, Poemas de amor y desamor para limpiarse

Heddy Navarro


Heddy Navarro Harris (Puerto Montt, 1944). Es profesora de Estado en Artes Plásticas por la Universidad de Chile. Entre sus publicaciones se cuentan: Palabra de mujer (1984), Óvulos (1986), Oda al macho (1987), Poemas insurrectos (1988), Vírgenes (b)acantes (1991), Monólogo de la hembra tardía (1994) y Cantos de la duramadre (2006). Es creadora y editora general del Portal Culturas Originarias (www.serindigena.org). En el área educativa participa actualmente en el proyecto de investigación “Iniciativa Niñez de Pueblos Indígenas”, programa regional andino de OCLADE-Argentina y Fundación Bernard van Leer, Holanda.





EXALTACIÓN DEL SILENCIO



Creo que una brizna de hierba es tan perfecta
como la jornada sideral de las estrellas.

Walt Whitman
Tremenda la aurora
y deslumbrante
arremete contra el día
mis alas de tormenta
aúllan amarillas
trayendo fondos de
arena

Rotunda,
como un puerto cerrado
detrás del horizonte,
la borrasca se anuncia,
entonada de carmín
entre las nubes
Como cangrejo asustado
piel firme sobre la roca
puerto cerrado y
en mi nariz el humo ocre
de la ventisca marina

Océano revolcado
tienta mi olfato
y se adentra
gimiendo
mientras mi boca
prepara su orgasmo
de silencio exaltado

Veo cientos de formas
cada una con su vaivén
y su tono
una ensenada de botes
anclados
luchando fieros
entre ola que atrae
y ancla que aquieta
Mi lengua saborea la sal
lame cabelleras en desorden
hasta besar tus dedos
Salobre el gusto
me provoca
y abriga mis muslos
soslayados

Camino contenta
al ritmo del esterillo
hasta un bosque de mañio

Por fin descanso en la cumbre
¡Oh! Desde ella vislumbro
la comarca del río

El horizonte llovido
la bahía que ahora se abre
al ruido de las barcas
que ya saludan victoriosas

Emito ahora
un sonido nuevo
un liviano sonido
de abejorro
entrando en la espesura






RUTINA DE LA SANGRE


Vengo
manos abierta
a implorar
el cosmos
Renuncio al sueño
y remiendo profunda
mis herraduras de hueso
Agitada de recorrer islas
mis rodillas lamen la piedra
Me sumerjo rotunda
mis muslos suaves perciben
rumores de peces
y huídas repentinas
Dormito fresca bajo arenas
aguas filtradas
oscuras caricias
nunca interrumpidas
Vuelo
algún pájaro
esquiva mi paso
pero en las estrellas
presiento
un murmullo de vida
interrumpida
Un hilo de sangre urge
me obliga a enfrentar el agua
Me cuelo entre las algas
retrocediendo entre las olas
hasta más atrás del horizonte
Los peces
vacíos de mar
chocan profundos
contra el silencio abismal
Retorno ahora
agua y desprendimiento
de membranas
hasta arrasar mi palabrear
humo
animales

Hasta recogerme
humana
mi duramadre
intacta



de CANTOS DE LA DURAMADRE (2006)





LINDES

En las lindes de ti
existen acuerdos secretos
desajustes moleculares
ensayos ígneos
Indescifrables
Vagamente se divisan
tus pies hurgando
aguas profundas
Un apenas visible
semblante de creador
en problemas

En la cúspide de mí
- pupilas iluminadas por ti -
acaso encuentres
artefactos poderosos
una rama de canelo
viseras calientes
latidos al descuido
que olvidaste incluir
en la receta perfecta

Nos necesitamos
para volver a ser
la argamasa inicial
Acepto el sacrificio
y los roles que me pidas
Esperanza tengo
que en el evento inicial
ocurra una variante
Nos toquen
blancas o negras
El jaque mate
esta vez
me pertenezca

Poema inéidto

Marcelo Mellado

Marcelo Mellado (Concepción, 1955). Es profesor de castellano por la Universidad Católica de Chile. Es autor de las novelas El Huidor (Ed. Ojo de buey, 1992), La Provincia (Ed. Sudamericana, 2000) e Informe Tapia (Ed. La Calabaza del Diablo, 2004); y de los libros de relatos El Objetor (Ed. Cuarto Propio, 1995) y Ciudadanos de baja intensidad (Ed. La Calabaza del Diablo, 2007). Su último libro es Armas Arrojadizas (antología de cuentos, Ed. Metales Pesados, 2009).





HAMELIN



Macho, doméstico, joven ejemplar, que ejercía de mascota en casa de una vecina de la población Las Dunas, provoca un apagón que abarca gran parte del barrio Barrancas y Llo-Lleo. El joven ejemplar de gato, según descripción del conservador del museo variopinto de la comunidad que estuvo a cargo de los primeros auxilios, habría escalado o trepado a una subestación o torre de alta tensión, y al transitar por los cables habría provocado un corte de circuito. La especie felina, según las propias palabras del conservador, habría transportado la energía, la que pasó por su cuerpo y fue liberada a través de una herida de aproximadamente

quince centímetros, verificable en la zona de su pecho. De no haber sido liberada dicha energía, el felino se hubiera quemado, es decir, el animal hizo de conductor, lo que le habría salvado la vida.Esta información fue rescatada por YouTube y habría salido como reportaje

en la televisión local. Además se consignaba un aspecto administrativo y de salud: la empresa Chilquinta, proveedora de la energía eléctrica en la zona, se habría hecho cargo de los costos del veterinario que tuvo que practicar la cirugía mayor. Se trataba del profesional Plutarco Zúñiga, hijo de don Pluto, agraciado poeta de nuestra comunidad.

Es habitual que el conservador del museo municipal se ocupe, por afición y doctrina, de la atención de animalitos, domésticos o indómitos, heridos o catastrofeados disculpar adjetivo por los efectos de una modernidad compleja, pensé para mis adentros. Por eso, así como el ejemplar de gato fue acogido en primera instancia por el dispositivo de rescate del museo, otras especies también han sido acogidas por el mismo, como aves y lobos marinos que han quedado varados y heridos en las orillas de nuestro litoral. Pero también han sido recuperados

ejemplares de fauna que habitan en las áreas más altas del territorio, como zorros, quiques e incluso pumas (que no suelen dejar verse). Todo esto es muy lindo y atractivo, pero aquí falta la gente, digo y pienso.

Yo, por mi parte, me complico con los ejemplares de ratas que asolan mi casa y el vecindario y de las que nadie se hace cargo. Las políticas ambientales o de salud no alcanzan para eso; no tienen la espectacularidad mediática de los temas glamorosos de la ecología soft, más consumible por la población, pienso o me imagino. Porque yo pienso y me imagino muchas cosas, una de ellas tiene que ver con la necesidad de que un moderno flautista de Hamelin se haga cargo no sólo de las ratas portuarias me refiero a esos roedores que tienen su hábitat

en la ciudad puerto, y que probablemente por el tema granelero aumentan exponencialmente,

y que yo propongo el control biológico con un ejército de gatos bien entrenados, sino también de todas las ratas antropomorfas que pueblan el territorio.

El cuento “El flautista de Hamelin”, que de niño me impresionó sobremanera y cuya crudeza pude entender años más tarde en una relectura crítica al darme cuenta de que en el fondo era una metáfora del emprendedor moderno , se trataba de un personaje que implementa un sistema paradojal para enfrentar la catástrofe de la peste negra. Estamos ante un emprendedor

que vendió una estrategia a una comunidad, una especie de arbitrista, como el que aparece en el Buscón de Quevedo, que vendía dispositivos bélicos a ciudades Estado para el buen logro de sus empresas guerreras. Quizás eran vendedores de pomadas, pero en este caso son los que usan la imaginación de modo productivo, aunque aparezcan como delirantes por la pasión puesta en sus certezas.

Hoy, en nuestra maldita modernidad, los funcionarios encargados de aplicar políticas, al ser nombrados por razones distintas al cargo que deben ejercer, no son capaces de tomar las medidas que corresponden o las que indican la ciencia y la técnica, e incluso el sentido común, pienso y digo. El problema es que nunca se toman las medidas adecuadas. En un pueblo como el nuestro proliferan las ratas, los perros y los gatos; por eso pienso que es totalmente

inútil que el conservador del museo haya salvado a ese gato que además provocó un daño a un servicio tan importante como es la electricidad domiciliaria. Y también proliferan las pulgas, los zancudos, las moscas y las arañas, y otros animales más o menos dañinos, incluyendo a la gente, que es la que más prolífera y uno sinceramente piensa que no puede seguir naciendo tanta basura humana, tanto hijo del demonio, que cómo no se esteriliza a una buena cantidad de la población, al igual como se piensa hacer en algunas partes con gatos y perros. Pero basta de lamentos, hay que entrar a la acción directa.

Tengo dos gatos capados que preparo como cazadores, esto a pesar de que no me gustan los gatos. Los estoy condicionando para que eliminen todo animal que repte o circule en el rango que lo hacen los roedores. Éstos incluso podrían dar cuenta de pericotes y guarenes, y hasta coipos, de los que hay en el estero Llo-Lleo, aunque no es una fauna que haya que eliminar, porque están dentro de los protegidos, pero no así los conejos, para los que preparo tanto a perros como a gatos. También tengo el plan de preparar perros para que ataquen y reduzcan o neutralicen radicalmente a los indeseables de la localidad que se juntan en las esquinas barriales. En esta segunda etapa se necesita mayor implementación y un proyecto más legitimado a nivel de autoridades de salud y de gobierno interior.

El tema lo conversé con un par de vecinas y quiero creer que estuvieron de acuerdo. Incluso sería planteado como una propuesta vecinal al municipio. Para mí es obvio que la pauta del desarrollo en esta localidad tiene que ver con la inversión en el medio ambiente, es una de las posibilidades turísticas que habría que indagar, pero la población es idiota o muy determinada

por las pautas ordinarias de consumo. Por eso para mí era clave que ese museo diversificadísimo

debía ser el eje del desarrollo local; gracias a él podríamos arreglar las playas contaminadas y los esteros, incluso la misma desembocadura del Maipú, que es un mierdal.

Alguna vez me había imaginado que la biblioteca pública municipal podía ser la pauta del desarrollo,

por esa mitología que aún persiste en provincia de que la cultura libresca es fundamental;

pero no, a lo más reúne a unos bolcheviques criollos con nostalgias épicas o a laicos fatuos con aires de superioridad. Igual este asunto yo lo había conversado con la Verito, una viuda que era muy entusiasta de los temas de desarrollo local y que le daba duro a la ecología y otras yerbas y que enganchaba conmigo en estos asuntos y en otros.

Con ella y otras vecinas parlanchinas, casi todas sin marido o a punto, comenzamos a imaginarnos

en sesiones de tecitos y galletas cómo construir una ciudad limpiecita (sin caca de perro y sin tachos de basura volcados por los mismos perros o por los pendejos borrachos y drogados que transitan por las noches), con playas recuperadas para el baño y el turismo decente y cómo recuperar esa fluvialidad que es tan importante para nuestra comuna y provincia,

y que determina modos ancestrales de vida que es necesario preservar.

Todo eso había que promoverlo con o desde la municipalidad, a través del museo con todas sus variantes (ciencias naturales, oceanografía, arqueología, historia, antropología, zoológico,

centro de recuperación de animales heridos, fiscalía de pesca y caza, etc.), y más concretamente

por la vía de la recién formada Agrupación de Amigos del Museo, para que el ingrediente “ciudadanía” pesara en nuestra cultura democrática, porque se ve bien que la comunidad, a través de sus organizaciones de base, participe o sea protagonista de asuntos como éstos. Obviamente que había muchísimas dudas entre las chiquillas en relación a las políticas oficiales, pero sobre todo aparecía como el gran obstáculo al desarrollo el ejemplar masculino que cumplía la labor de conservador del museo, que tendía a centralizar todo en él, apropiándose de una institución que era naturalmente de toda la ciudad y no de un particular

que lo utilizaba para floreo personal.

Los ejemplares de hembras, maduras, cercanas al climaterio, a pesar de los inconvenientes, estaban optimistas por el solo hecho de tener una motivación de trabajo comunitario; es decir, había un hecho político ciudadano, dijo Mariana, que tenía alguna experiencia como dirigenta sindical. Y como casi todas tenían gatos y perros, pusieron sus mascotas al servicio de la causa. Causa que tenía varias patas, una de ellas, la más dura, era la institucional, que no era otra cosa que la lucha comunitaria, las reuniones con autoridades, las discusiones con funcionarios, etc.; pero estaba todo lo otro, que eran las operaciones directas, como podían ser la limpieza de playas y esteros, el combate a la mierda de perro, el control de plagas, la recuperación de las vías peatonales y, en general, la limpieza de toda esa basura humana que tendía a copar el espacio de lo público; para ello había que desarrollar un trabajo de seguridad ciudadana y de sanitización social.

Pero había algo más, la Verito y la señora Mariana, como tenían un pasado bolchevique, querían realizar una acción de fuerza que no descartaba la posibilidad de tomarse el museo e incluso la misma municipalidad.

Sin ir más lejos, al grupo operativo lo llamamos, en un divertido gesto citacional, Hamelin. El dispositivo Hamelin, por extensión, era la operación ambiental que debía limpiar el territorio de todo lo indeseable, incluido, claro está, los ejemplares antropomórficos que dañaban el entorno, y ese podía ser el mismo alcalde o el conservador.

Se necesitaba un flautista, en el sentido de ubicar el instrumento que simbólicamente produjera

la mediación que eliminara el daño o el mal que amenazaba la ciudad. Si había malos olores muy frecuentes por lo de la harina de pescado se proponía inundar la ciudad de flores aromáticas, ojalá silvestres. Si había mucho gato o perro se recomendaba organizar una cacería furibunda con lazos y escopetas, y en la que participaría toda la comunidad, festivamente.

Si el río traía mucha mierda se proponía embancarla en la orilla que da a Rocas de Santo Domingo, porque los ricos se merecen toda la mierda del mundo.

En una oportunidad en que andábamos por la ribera del río, tomando muestras de agua, encontramos un cuerpo extraño flotando, pensamos que se trataba de un perro, pero no, era un sujeto, de esos que llaman cadáveres, amarrado con alambres y con evidentes signos de violencia homicida. Era una masa inflada y sanguinolenta; era, sin duda, el ahogado más horroroso del mundo. Jugamos con él un rato, pensamos incluso llevarlo al museo para su clasificación y posible exhibición como patrimonio del horror chilensis, pero decidimos devolverlo

al río para que alcanzara, poéticamente, el océano.

Al otro día hicimos una fiesta con todas las chiquillas para celebrar la primera entrega oficial

de una propuesta al municipio, en la que, además de solicitarle audiencia al alcalde, le hacíamos ver la inconveniencia de que el actual conservador del museo siguiera en el cargo, porque como agrupación de amigos, la nueva ciudad, equilibrada ambientalmente, debía surgir de entidades con líderes con afán de servicio y no de autoservicio, y proponíamos una alianza entre la biblioteca municipal, el museo municipal y la ciudadanía para mejorar la comuna. Algo como eso decía la misiva, creo, pienso.

En la celebración estaban todas las chiquillas y yo. Y las cabras se anduvieron copeteando un poco. Hasta ese día nadie había reparado en el hecho de que era el único hombre del grupo, y además el fundador de la agrupación, porque me imagino que el resto de la gente sí habrá sentido curiosidad por ese hecho; pero para mí no era tan extraño, las mujeres siempre

han sido más activas y comprometidas que los hombres (aunque por ahí leí que este era un fenómeno nuevo, de no más de veinte años). Parece que los milicos se cagaron a la población masculina chilensis, digo.

El asunto es que las chicas estaban súper alegres y el entusiasmo con el proyecto las conectó aún más con los contenidos del mismo. Ellas sabían que tenían que preparar a sus gatos y perros para la contienda, y prepararse ellas mismas; es decir, ellas también eran la flauta del flautista de Hamelin, o su música. Y con un poquito de trago se lo tomaron más que en serio y comenzaron a ronronear como gatitas o a gemir como perritas, y a exigirme que les enseñara

las técnicas de caza con que estaba formando mi piquete gatuno de control biológico, así como el modelo canino al respecto. Y uno que siempre anda preparado y dispuesto, no importando las circunstancias, comencé a usar los instrumentos de formación, como las pelotitas

tiradas por un hilo que simula una rata, juegos de salto y control y administración de la presa. Con las que optaron por el modelo canino era algo más complicado porque había que ponerles un collar y darles muchas nalgadas, lo que obviamente implicaba otros protocolos. Igual yo diría que fue una buena performance que sirvió al grupo para afianzar sus objetivos y crecer institucionalmente, y así enfrentar con solidez los desafíos por venir.



Cuento publicado en La Nación
(Domingo 6 de enero de 2008)

Daniela Matamala

Daniela Matamala (Puerto Montt, 1986). Estudia Pedagogía en Lenguaje y Comunicación en la Universidad Austral de Chile. Es parte del equipo editorial de la revista universitaria El Megáfono, de la cual se han publicado tres números. Sus poemas han aparecido en la revista La trinchera (Valdivia, 2007) y en la revista virtual mexicana Apócrifa Art Magazine (nº 6).





ME DUELE MI NOMBRE DE HEMBRA



me duele mi nombre de hembra

como una herida inconclusa

colgando de los labios
me duelen mis vocales
irremediablemente, repetidamente
pronunciadas
la entropía absoluta de mis letras
o esa imagen absurda que nombran
(me nombran)

ahogado en el aliento
se dice el nombre mío

que ojalá no lo fuera
que ojalá no me llamara
que ojalá no me doliera
como un útero inflamado
como el cuerpo abierto y pariendo
o el cordón umbilical roto para siempre

y me duele este nombre
y su memoria y su sentencia
me duele mi nombre de hembra
en anatomía y semántica





INSÍPIDA



mis manos cubiertas de agua
repasan la cadena de mi memoria

por eso escribo





YERMA


me miro hacia dentro
y me escarbo la arena
como si pudiera encontrar algo
en medio de las dunas.
 
 
 
 
 
 
INEVITABLE




se volvió costumbre
la lágrima colgando en el paladar
el nudo adosado a las pestañas
el jardín vacío
la náusea a contrapelo
se volvió costumbre

inevitable forma de morir

abrir los ojos
mínimo, una vez al día




PEDACITOS


de mí
sólo quedó la lluvia
manando a borbotones,
cayendo
irresponsable
a pedacitos,
pronunciándome
insípida
llamándome
a pedacitos.




Poemas inéditos

Pedro Guillermo Jara

Pedro Guillermo Jara (Chile Chico, 1951). Realizó estudios de Literatura en la Universidad Austral de Chile. Es fundador, editor y director de la revista de bolsillo Caballo de Proa. Ha publicado Historias de Alicia la uruguaya que llegó un día (autoedición, 1979), Para Murales (Ed. El Kultrún, 1988), Plaza de la República (Ed. El Kultrún, 1990), Disparos sobre Valdivia (Ed. El Kultrún, 1997), De cómo vivimos con Jesse James en Chile Chico (Autoedición, 2002), Relatos in Blues & Otros Cuentos (Puerto Montt, 2002), Minimales, Tres obras de Teatro Breve (Conarte-Valdivia, 2003), El Rollo de Chile Chico (Conarte- Valdivia, 2004), Cuentos Tamaño Postal (Ed. El Kultrún, 2005), De Trámite Breve (Ed. Caballo de Proa, 2006), El Korto Cirkuito (Afiche-literario, Autoedición, 2008) y Tres disparos sobre Valdivia, de Peter William O’Hara (Ed. Kultrún, 2009).




BREVES FOGONAZOS POLICIALES


LAS FRUTAS MADURAS DEL CRIMEN



Los ratis conocían de memoria las caletas de carteristas, monreros, escapistas, cogoteros y demases en donde se reunían todas las noches para beber y comentar sus fechorías. Eran caletas ubicadas en barrios marginales, lúgubres, mal iluminados. Los hampones sabían de las redadas que cada cierto tiempo realizaban los ratis. Y había que estar preparados, «limpios

», sonrientes de oreja a oreja. Y bien peinaditos.

Lo más extraño para el detective Hipólito del Tránsito Baeza era un leve sonido que invadía el local cuando realizaban la redada: «¡Toc-toc-toc!» Y después de «¡Vamos, rapidito, cédula de identidad, contra la pared, piernas separadas», venía el registro para ver si había armas blancas o fierros. Como inocentes palomas todos los badulaques estaban limpios de polvo y paja. Todo era muy sospechoso. Y sobre todo esas sonrisas de oreja a oreja.

A Hipólito del Tránsito lo intrigaba eso del «¡Toc-toc-toc!», que lo persiguió por un largo tiem-po.

Pero cierta noche descubrió el acertijo por «cachativa», por «inspiración», no por libros, ni teorías, ni por Cesar Lombroso, ni Hans Gross, ni por Edmond Locard sino que por pura corazonada.

En una de las últimas redadas de control y una vez que los malandrines estuvieron contra la pared, Hipólito del Tránsito recorrió el local en búsqueda del origen de la musiquilla que le quitaba el sueño: «Mis nudillos contra la puerta y tenemos el toc-toc-toc», pensó; «Mis pasos sobre el cemento y tenemos el toc-toc-toc», pensó; «Mis dedos tamborileando sobre la mesa y nuevamente tenemos el famoso toc-toc-toc», pensó; «Metal sobre madera... Metal sobre madera», pensó... y abruptamente un fogonazo iluminó el cerebro del rati: dio vuelta una de las mesas y ahí estaba la evidencia: cuando los malandrines veían ingresar a la policía tomaban sus armas blancas y las ensartaban bajo la mesa: ¡Toc-toc-toc! y los corvos, cholitas, dagas, cortaplumas, estoques, punzones y quiscas quedaban colgadas como frutas maduras del crimen, ocultas a la vista de los ratis mientras los malandrines sonreían de oreja a oreja bien peinaditos y «limpios».

JUAN “SOPLETE” ESPINOZA

Para los compañeros del módulo 51, en Valdivia.

El abogado me dijo que intentaría rebajar la condena. Que el caso estaba complicado porque nos pillaron con las manos en la masa. Que no había vuelta, que las pruebas que presentaron

los peritos eran contundentes. Yo no tenía dinero para contratar a peritos externos. En el juicio oral mi defensor me dijo al oído que lo reconociera. Que me hiciera el loco. Que alegara inocencia. Que de pronto todo se me había ido al rojo y que no me acordaba de nada. Que me llevaron engañado. Que yo no tenía idea del golpe. Eso le dije al Juez de turno. No me creyó. Me dieron 9 años y un día. Luego mi abogado defensor me comentó que la había sacado barata. Cerró su maletín, me dio la mano y nunca más lo vi. Me mandaron a la cana nueva para cumplir sentencia.

Lo que el Fiscal y el abogado defensor no sabían es que yo podía escapar cuando quisiera porque después de estudiar el fenómeno poseía una extraña habilidad: con puro tocar el cemento

o la reja de hierro la podía fundir. ¿Qué me costaba? Nada. Primero me concentraba, cerraba los ojos, me mentalizaba. Después de la concentración como que ingresaba a una zona oscura en donde caminaba a ciegas, tanteando las paredes hasta llegar al núcleo del pensamiento. Allí existe un caldero de fuego y luego pasaba todo ese pensamiento de fuego a la punta de mis dedos. Después del proceso salía una llama de color azul. Una vez cargado con esa energía como que iba visualizando los átomos, los ordenaba en una fila y los dejaba pasar uno a uno, con las manos tomadas en la espalda, bien ordenaditos. Primero los más duros, el hierro, número atómico 26, el más porfiado y lo transformaba con la llama azul. Luego, los átomos más blandos, el carbono, número atómico 6, el más fácil porque el hierro está formado por hierro y carbono, pero el carbono era el más entregado a la manipulación. Lo que hacía era transformar los componentes de los átomos en luz: de este modo lo blando se podía transformar en sólido o lo sólido en materia más blanda. Y luego, si quisiera, podía caminar sobre el agua o traspasar una pared, o convertir los barrotes de una reja en barras de greda o el cemento en gelatina. Desde ahí al milagro había que dar un solo paso. Por eso mi alias: Juan “Soplete” Espinoza, especializado en chapas, candados, cajas fuertes, cadenas. Pero pensándolo bien, ¿qué sacaba con estar afuera? ¿Qué haría? ¿Volver a lo mismo? No, no quería más. Estaba cansado y viejo. Además trabajar era complicado porque por todas partes estaba el ojo de Dios observándonos a través de sus cámaras de vigilancia y sus cuadrantes.

Así es que me quedé guardado. Aquí estoy, tranquilo: me visten con jeans y una casaca, me dan una camisa, ropa interior, me la lavan, me dan tres comidas al día, agua caliente para el mate y derecho a tener un televisor y una radio en la celda. Tengo un cuaderno, lápiz y libros. La celda la compartimos con tres compañeros, con baño incluido.

Una vez a la semana voy a un taller literario y cambio de paisaje. Cuando llegamos a la sala de clases podemos disfrutar del panorama que se ve desde el tercer piso: los techos de algunos edificios, la capilla a nuestros pies, el hermoso venusterio; a la izquierda el bosque con sus árboles nativos, chucaos, el agua que corre desde un manantial, las orejas de palo, enredaderas; un poco más al centro, y a la distancia, se ve la carretera, casas, vehículos que transitan, una carreta con bueyes; más allá, y a la distancia, los cerros, nubes, y el cielo. Y un poco más allá del horizonte la libertad. Pero no tenemos acceso a ella, sólo la vemos porque tras ese horizonte la libertad nace y muere con el sol.

Ese primer día el profe de literatura nos dijo: he dividido el paisaje, lo que ustedes ven desde aquí: los edificios y techos, el bosque, la carretera, los cerros, nubes y cielo. Cada uno tome un trozo de esa realidad y escriban algo, un cuento, un poema, una reflexión, lo que ustedes quieran. Y que era una tarea “para la casa”. Nos reímos. El también y terminó esa clase hasta la próxima semana.

Mientras hago la tarea en un rincón del patio del módulo 51, no falta el compañero que me pide fuego para encender el cigarrillo y yo se lo enciendo con la punta de mi dedo índice. Todos se ríen y yo continúo escribiendo. Gajes del oficio les digo, muy serio: pensar, escribir e imaginar.
 
 
 
de DISPAROS SOBRE VALDIVIA (1996)

Miguel Ildelfonso


Miguel Ildefonso (Lima, 1970). Estudió Literatura en la Universidad Católica del Perú e hizo una Maestría en Creative Writing en la Universidad de El Paso, Texas. En poesía ha publicado Vestigios (Ed. Gonzalo Pastor, 1999), Canciones de un bar en la frontera (Ed. El Santo Oficio, 2001), Las ciudades fantasmas (Ed. Copé, 2002), M.D.I.H (Ed. Zignos, 2004), Heautontimoroumenos (Ed. Jakembo, 2005) y Los Desmoronamientos Sinfónicos (Ed. Hipocampos, 2008). En narrativa, El Príncipe (Ed. Sarita Cartonera, 2004), El Paso (Ed. Estruendomudo, 2005) y Hotel Lima (Ed. Mesa redonda, 2006). Dirigió la revista virtual El Malhechor Exhausto. Codirigió la revista de literatura Pelícano.





CRUZ Y FICCIÓN


Cristo medía 1 mt. y 64 ctms. Y caminaba
por el Centro de Lima
eran las 3: 30 de la tarde — siempre eran
las 3: 30 de la tarde
Y él caminaba descalzo por Camaná
veredas quemadas por el sol
su piel ardía y era un extraño color para la temporada
pálido como colmillo de elefante
Cristo vivía como nosotros
del paso del aire del tabaco
de una canción en la rockola
dormía en la Plaza Francia
Y ahora cuando ya tengo su edad y me enfrento
todos los días contra la ceguera
creo verlo todavía sobre cartones durmiendo
con los ojos abiertos
Cristo tomaba aguardiente
era huraño y cuando hablaba
hablaba solo quizá porque los romanos ya no usaban
escudos ni sandalias
Y el emperador no era de Occidente
Y nadie quería escucharlo
Y nadie quería creer
Y nadie era nadie nadie para lanzar la primera piedra

Cristo nunca escribió nada
fueron sus apóstoles los que me dijeron
que él era Cristo
pero yo nunca vi a ningún apóstol
Judas tal vez era el bodeguero
Pedro quizás vestido de verde caminaba también por el Centro

las cosas no parecen ser las mismas para nosotros
Y no porque era enero
Y yo estaba por cumplir los cinco años
a esta edad tengo más preguntas
Y las pocas respuestas que poseo son mías:
Cristo medía 1 mt. y 64 ctms.
la cruz es Lima los judíos trabajan en los ministerios

el Emperador está en Palacio
preparando su discurso...
Y Magdalena? está en Magdalena?
(ella volvió al oficio y ahora es una próspera regente)

Cristo usaba barba
era flaco como John Lennon
Y jamás entraba a las iglesias
no sé si porque tenía vergüenza de su pobreza
de su mugre o porque no lo dejaban entrar
o simplemente porque la calle era su casa
un día lo vi comiendo de la basura
Y nunca más lo vi



de CANCIONES DE UN BAR EN LA FRONTERA (2001)





EL EXTRAÑO CAMINO DE LA POESÍA DE ABEL


Si la poesía dijera algo
quiero entonces que diga:
“o reche modo to edire de za tau dari do pradera coco”,
que en español peruano dice algo así como:
“oh saudade un viento azul se lleva nuestras angustias”.

Si la Poesía hablara, yo sabría hacia dónde va este poema.
Sé que hay ríos, ciudades, Heráclitos y Dantes
por donde Uno pasa a veces como un extraño.
También edificios, de El Porvenir, por ejemplo,
por donde se pasa obligatoriamente todas las tardes,
colgado de una corbata o de los audífonos,
como un albatros sucio
mismo el extraño de pelo largo.
Si la Poesía comunicara sería un puente.
Por eso existen puentes en mi ciudad natal:
Santa Rosa, sobre el río Rímac, donde el Infinito
es un despliegue de colores o un cuadro de Humareda
que sale del hambre de los que lo habitan.
Puente México, sobre la Vía Expresa,
donde el Infinito nada en la neblina que vuela
entre edificios inertes
y un polvo gastado que no sabe adónde ir como el Amor.
Puente Quiñones (el más nuevo), sobre la Av. Javier Prado,
donde el Infinito se pasea como un satélite espía
leyendo todo tipo de anuncios luminosos de la Modernidad.
Por todos esos puentes el alma, el corazón, el sexo,
todo se pasea como un extraño animal que ha escapado de su jaula.
Entre Ayacucho y Andahuaylas,
pueblos andinos del Perú (perdonen la tristeza), hay precipicios
donde hasta la Vida misma pasa como algo extraño,
y las vísceras y las uñas y el carro en que se viaja
pertenecen a una nueva Metafísica.

Si la Poesía fuese como una mujer (como decía Bécquer)
y estuviera callada (como le gustaba a Neruda)
no dejaría de ser Poesía, los Románticos me aplaudirían,
me dirían que la siga hasta el final, sí,
porque ella de cualquier forma es la luz del mundo.

 
 
de LAS CIUDADES FANTASMAS (2002)

Pablo Huirimilla

Paulo Huirimilla (Calbuco, 1973). Ha publicado El ojo de vidrio (Ed. Kultrún, 2001), Cantos para niños de Chile (Ed. Ulmapu, 2005) y Palimpsesto (Ed. Lom, 2005). Sus textos han aparecido en los libros antológicos Poesía para el siglo XXI, 25 poetas, 25 años (Dibam,1996), futawillimapu (Osorno, 2001), Papeles en el claroscuro (Valparaíso, 2003), wiluf elkantun mapu/el canto luminoso de la tierra (Ed. Ser indígena, 2001), epu mari ulkantufe fachantu/ 20 poetas mapuches contemporáneos (Ed. Lom, 2003), Cantares (Ed. Lom, 2004) y Espejo de la tierra (Australia, 2008).





HOMBRE MUERTO


Es preferible no viajar
con un hombre muerto

Henri Michaux
Amanezco en un viaje
veo por entre vidrios cómo desaparece
el bondadoso bosque que conoce mis pasos
el desierto alumbra solitario
y la mirada de otros parecen
al cruzar el túnel del infierno.
Vaqueros disparan al siervo
y a hombres montados a caballo.
Se detiene el tren a carbón.
Yo vuelvo a la aldea más mortuoria de todas
en que se construyen
ataúdes por doquier.
Pendencieros sospechan de mí
Un caballo alazán levanta sus pisaderas
alguien me apunta con un arma
fantasmas me señalan sin decir mi nombre
pido lo amargo del ser
rehuyo de los taberneros
cojo una florista de papel
Iluminada por un candil
su mirada me devuelve a lo oscuro.
Dispara el otro en nuestros dos corazones
su sangre júntase con la mía.
Yo gatillo la palabra realidad
para morir este espectro
una fugaz estrella alumbra mi huida
con Nadie mi redentor
quien me habla con el lenguaje
Invisible.

Despierto con un cuchillo en mi pecho
mis redentores cabalgan detrás
de mi luz
mientras Nadie coloca
greda en mi follaje.
Piedras circulares hablan con la iluminación de la noche
sobre mi nombre y mi decir:
“algunos nacen en el dulce encanto”
¡oh! muerte
cuyo trueno avanza por entre
ojos del vacío
he de observar el osario del animal
cuya lucha es el tiempo.
Mi infinito es hurgar en lo precario del ver
escribir la vida con lo oscuro de las palabras
por eso pregunto al espíritu de la nada
si las cosas ocultan su primer lenguaje.
He comenzado a caminar por la noche
sin el humo del tabaco
sólo lumbre y el filo de un cuchillo.
Mi rostros suele aparecer entre árboles
por la muerte de aquellos que dejaron de soñar
como aquel niño negro que sangra
en un pozo de agua.
Abuelo Latúe qué es lo que ve Nadie
El rostro de Blake muerto en sí:
- ahora os maquillo Williams
con las cenizas de las estrellas -
No he comido ni bebido
por eso veo lo innombrado
duerme poeta aquí mi manta
y el follaje de este mundo
yo callejearé por los códigos del bosque.
Hacia dónde caminas Nadie
miro hacia arriba y suelo ver
cortar nubes:
mi poesía ahora es disparar
y hacer morir :
“algunos nacen en la noche eterna”
mirad cómo burbujea sangre en su cabeza
en momentos en que un aguilucho grita
el caballo pase y coyotes nos persiguen.
He tenido la visión de seres que cuidan el bosque
huelo huellas
rodeo mi potro
y disparo el Whinchister
a los seres que me clavan flechas.
Cómo tocar el cervatillo muerto
oler mi sangre que es mi entrada
a su mundo
sacar el sombrero para dormir
junto a él
en el mismo espacio
con que doy vueltas en mi mundo.
Nadie me guía hacia el río de arriba
para cruzar el espejo en que se une
el mar y la tierra.
Yo soy el celaje del rayo de sol
que brilla como el oro
os digo:
vuestra sombra va por detrás de ti
lo oscuro de la poesía que permite
que tu ser vuelva al mar.
Nadie mi claridad no dispara
sólo aconseja y pide tabaco
para lo invisible.
Nadie ha visionado desde la luz:
“algo de humo y fuego
para cruzar por el espejo”.
Disparo a los infiernos
mientras libera
a los caballos de la razón.
Vuelven hacia mí
metales del crucificado
ufa el caballo pintado
huelo mi sangre en la otra canoa
de viaje hacia el oriente.
Mi sangre estila
en la canoa con que cruzo
la oscuridad del follaje.
Mi sombra sigue con su contracanto
los animales la nombran e indican su mirar
de este viaje el mundo sabe
que he cruzado al otro lado de lo dicho.
Nadie me guía hacia su aldea
donde aún arde el fuego
primero de la realidad.
Uno de los suyos me reconoce
Habla a mi guía
por la boca de un pájaro.
En angarillas el otro miramiento de la muerte.
Suelo respirar y levantar la cabeza
En espera de la canoa marina.
Escucho gaviotas y gaviotones
gritar alrededor de mi circular.
El rostro de Nadie alejarse
con el disparo
de su y mi misma sombra.
Las nubes dan vuelta
yo sólo me adentro al mar
Donde existe sólo marea
para luego ser
águila del sol.

 
 
del libro inédito VIAJE AL OSARIO

Yanko González

Yanko González (Santiago, 1971). En poesía es autor de Metales Pesados (Ed. El Kultrún, 1998) y Alto Volta (Ed. Kultrún, 2007). También publicó Héroes Civiles & Santos Laicos -entrevistas a escritores chilenos (Ed. Barba de Palo, 1999). Parte de su obra ha sido traducida al francés en Poesía, poesía. 3 poètes du chili (Universidad de Lille, 2002) y también al alemán y portugués. Es autor y compilador de algunas antologías de poesía, entre ellas voz sero, antología de poesía joven (ed. Barba de palo, 1994), y junto a Pedro Araya carne fresca, Poesía chilena reciente (ed. Desierto, México, 2002) y Zurdos, Última poesía latinoamericana (Ed. Paradiso, Buenos Aires, 2004// Ed. Bartleby, Madrid, 2005). En 2008 recibió el premio de la crítica, otorgado en Chile por la Universidad Diego Portales, por Alto Volta como mejor libro de poesía publicado el año 2007.





HERIBERT BARRERA


hay muchas maneras de hacer infelices a los hombres. una de ellas es visitándolos.

***


[ARTHUR]

paralosalemanesesinclusobuenoquelaspalabrasseanalgolargas,
puescomosontardosdepensamiento, asídisponendetiempoparareflexionar.

Qué poca honradez hay entre los escritores. Se hace patente en la desvergüenza
con que falsean sus citas de escritos ajenos. Pasajes de mis obras los encuentro
completamente desfigurados (...).

Los franceses, incluidas las Academias, dan a la lengua griega un trato ultrajante.
Toman de ella palabras para desfigurarlas: escriben, por ejemplo, etiologie, esthétique
(...), o también Oedipe, Andromaque, etc.; es decir, escriben las palabras griegas tal y como lo haría un gañán francés que las hubiese oído pronunciar a otros. (...) Ver maltratada la lengua griega a favor de una jerga tan repugnante como es de suyo la francesa (este italiano echado a perder de la manera más repugnante, con las largas y repulsivas sílabas finales y el sonido nasal) es un espectáculo comparable al que ofrece una araña de las Indias Occidentales cuando se come un colibrí, o un sapo cuando engulle a una mariposa.

Qué poca honradez hay entre los escritores. Se hace patente en la desvergüenza con que falsean sus citas de escritos ajenos. Pasajes de mis obras los encuentro completamente desfigurados (...).

***


PESSOA

la belleza es griega. pero la conciencia de que sea griega es chilena.
nada es, todo se otrea.

***


UN PERLA

de cuidado te responde “así se habla” cuando lo insultas. pone caras cuando le relatas la muerte de tu madre y escupe el suelo que lustraste. dice haber leído los libros que te hurtaron y anticipa la muerte de tu perro después de una larga enfermedad. se ufana que intercede por ti que no deja de interceder por ti que nunca dejará de interceder por ti para que no te den doble carga laboral. y escribe un oficio donde te acusa de perder el tiempo organizando “campañas del sobre” fraudulentas. te invita un café para aclarar que confundió la z de tu nombre y que acusó al equivocado. jura que enmendará el error que hará justicia que quiere suicidarse. poco después rompe en risa entre tus pares detallando tu cara con su broma “espontánea”. te pide tiempo. y no deja de hablar de las distintas concepciones del tiempo. y de llamarse hernán soruco cardemil

***



UNA LIANTE



de temer. loca de las carteras. de la ubicuidad lupita ferrer. prepara consomés. condumios de necessaire. se sobremaquilla gritando. se sobreafecta planteando. se sobresale informando. reprueba el examen de socialité. pero lame lo que tiene que lamer. busca palco. peor: es una trepa de temer. sus tonos son altos sus tacos son altos. vocea por nada irrumpe por todo. se codea. se cuela. se pone. se ofrece para organizar para segregar para reaparecer para reestructurar para patrocinar. denle poder.

 
 
de ALTO VOLTA (2008)

Celina Garay


Celina Garay (Córdoba, 1963). Es Licenciada y Maestra en Letras por la UBA. Ha publicado los libros de poesía La cereza de Afrodita (libro de artista realizado por Raúl Flores, 1995), Excelente Velada/Fine Evening (Ed. Alfa, bilingüe, 1996), Piedra Alta (Alción editora, 2002) e Islas (Alción editora, 2003), y también los libros de ensayo Sobre la equivocación (Ed. Alfa, 1996) y Mitografías del cuerpo (Ed. Ingenio Papelero, 2006).





LA RUEDA GIRATORIA DE EIFFEL


Un fondo marino es hermoso la primera
vez cuando se lo descubre; pero, como todas
las cosas lo mejor viene después cuando uno lo
va conociendo, palmo a palmo.


I. Calvino. Peces grandes, peces pequeños.


En saltar estas llamas
Nuestro placer se ejercita.
Giran sobre el catastro
De los desposeídos.
Lo que a cada uno le toca
Es duro mineral mediterráneo,
Un silbido de ibis rojas,
Una mirada desde el cielo,
Manos entrelazadas en la sonora
Oscuridad del bosque
Bajo el sombrero mágico
Luz y luz, labios
Y labios
Dóciles médanos
Al viento,
Rosada miel de las palmeras.
Un silbido triste y grave
Que da pavor e ilumina,
El relámpago, eje y guía.
Acaso prescindible
La moneda,
Siempre cara
Siempre ceca.
Escribes, sé, lo que acaso
Pudiera escribir, modulaciones
Del país de los sueños
O versos a tu vecino.
Una fundación inscripta
Alrededor del ombú,
Peplo y sombra
Tu nombre, tierna
Confidencia,
Caracol y gema.


***

Los círculos del águila
Sobre nuestros ojos,
El movimiento de los planetas y de la brújula,
La geometría de los seres
Con las palmas hacia el fuego
Un día
La tormenta yergue al delta,
Da vueltas esta casa
Fanática en busca del ídolo.
Hay un instante en que moja.
Abstracto, concreto.
En la soledad sorprende el chapoteo
A los pescadores.
Y clava la rueda.
Tu cuerpo gira,
Fiesta de los sentidos.
Ni la máquina del tiempo,
Ni el sol del desierto
Y el avatar de las huellas.
Fuerza, debilidad.
Nada
Cuando te pienso
Y tu cuerpo me posee.
Ciertos peligros y vicisitudes
Que acechan.
Las termitas devoran la puerta,
Las pacíficas babosas, polillas dejaron
Agujeros en el saco.
Animales sueltos.
Nada más
Que nuestro diálogo en la noche.
Dormidas entre las sábanas,
Bailarinas y dueñas.


***

Hades del tu.
Infierno del tu.
Averno del tu.
Se quemaron mis caricias
Con tus lenguas de fuego
Y lo que era un juego se convirtió
En un baño de silencio.
¿Qué es el placer, el amor, el erotismo
En tu cuerpo negado?
Avara y miedosa como un anciano
A la salida del banco,
Tal vez encandilada por un sol eterno.
No estamos preparados para lo que nos toca vivir.
Vivimos de todos modos, como podemos, lo sé.
Por eso, no me siento culpable de haberte deseado
Transformada en una fiera hambrienta.
Candor.
Consuelo del trance
Que me hizo revolver
Las entrañas del aire
En busca de tu incienso.
Los colmillos graban
El gesto de las comisuras
En la roca colorada,
Es la cueva.
Deseo que fortalece
Saborea
Se desliza
La vertiente
Entre las gigantes y resbaladizas
Laderas.


***

Tu cuerpo, mi refugio.
El camino de quien
Un domingo dijo
Que era un monstruo.
La última fiesta que pasamos juntas.
Una hormiga que camina hacia el laurel.
Tu cuerpo circular
De donde beben los pájaros del campo.
Un libro de poemas que habla de los nacimientos,
De las fecundaciones,
De lo que una más quiere
Pero también de lo que se deja, con voluntad.
Destino no quebrado por la brisa.
Lo que una más quiere...
Tu cuerpo sabor a chocolate.
Son árboles que sonríen.
Senderos que brillan.
Te elijo. Estás dentro mío.
Son las certezas, las convenciones derribadas
Con miedo, con ardor, con dulzura.
Todo esto sucede en un día.
Tu cuerpo, un mundo.
Sin saber que hay un antes y un después
Pero disfrutando de la felicidad.
Nuestros cuerpos, seda entre las olas,
Alegría de la infancia recobrada.
El destino está en tus manos.
Memoria y amanecer.
El aroma de los eucaliptos
Se escapa de las hojas plateadas que envuelven
Al Atlántico.
Intuyo en la aventura de dos vidas
Cierta plenitud.

 
 
del libro inédito LA RUEDA GIRATORIA DE EIFFEL