martes, 4 de octubre de 2011

Alejandro Zambra


(Santiago, Chile, 1975) Ha publicado los libros de poemas Bahía Inútil (1998) y Mudanza (2003), la colección de ensayos No leer (2010), y las novelas Bonsái (Ed. Anagrama, 2006), La vida privada de los árboles (Ed. Anagrama, 2007) y Formas de volver a casa (Ed. Anagrama, 2011).

jueves, 19 de noviembre de 2009

Veronika Zondek



Verónica Zondek (Santiago, 1953). Poeta, traductora y gestora cultural. Licenciada en Historia del Arte en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Forma parte del comité editorial de LOM Ediciones y es asesora externa del Departamento de Coordinación de Extensión de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile. Algunos de sus libros publicados son: El hueso de la memoria (Ed. Último Reino, 1988), Vagido (Ed.Último Reino, 1991), Entre lagartas (Ed. Lom, 1999), El libro de los valles (Ed. Lom, 2003), El ojo atravesado I y II (Ed. Lom, 2005). Su más reciente publicación es Por gracia de hombre (Ed. Lom, 2008).




EN CARNE VIVA



A los hombres del carbón

Bien valga mi Lillo un Baldomero
que no alcanza tanta oscuridad
ni tanto temblor en la canilla
para verter el maltrato en fogón tan ardiente.
Bien valgan palabras de diablo
en túneles de ferocidad sin placa ni firma
y anonimato de ojos y yermos pies
para latir el terror de la entraña.
¿Quién nace esos cuerpos al destino hambriento?
¿Quién al desgraciado socavón que devora desdentado
frío al alero de la noche y el sol de los días
frío al aire y el agua y el verde y el azul?
¿Quién digiere manojos carnudos en dinero sonante
en opulencia tanta y de guarda en el tiempo?
De par en par las compuertas que el hombre chico
y las sonajeras de tristeza que amamantan el dolor
y candente el grisú azulado en la extensa topografía del sofoco
que también el ojo tirita blanco en la fibra del alma tensa
y cobra el aliento de la cuerda
y el violín y el suspiro y el aguante
hasta quebrar la vértebra ¿dónde?


La vida se enaltece a empujones.
‘Patas negras’ en los tugurios de la noche
niños truncos en los días sin sol
parientes topos del frío
vagos vagueros de túnel en túnel en túnel
para que sobre la fachada de la tierra
se erijan señoras y fuentes y estatuas francesas
y se haga el ladrido eléctrico avance
y reine en solo la importancia verdadera del dinero
amén de lo que Lillo Baldomero pudo y quiso decir
que la cuenta es necesaria amén de los socavones
y no más hoyo más hoyo negro en la memoria
que azabache el polvillo nos lanza oscuros al tremedal.





DETENIDO-DESAPARECIDO


Pasa volando.
Vive.
Dos lo encajan bajo el ala.
Suben.
Tres son los que se elevan.
Trinidad y moscardón a la distancia.
Muge el vaquerío.
La hoja del corvo está helada.
Brilla el monosílabo que ejecuta la orden.
Cae el plomo por los aires en azul vértigo y rojo.
Sé.
Soy la testigo.


No tengo nombre.



de POR GRACIA DE HOMBRE (2008)

Leonardo Videla

Leonardo Videla (San Bernardo, 1978). Sus poemas han aparecido en las antologías Hipocampos (EVA Ediciones, 1998), Compañeros de Juego (Ed. Barba de Palo, 2001) y Sur Fugitivo (Ed. La Jauría, 2004). En el 2000 publica el libro de poesía La Escalera Anterior (Ed. Leviathan). Fue becario de la Fundación Neruda el año 2003 y el 2005 recibe la Beca de Creación Literaria del Fondo del Libro.




LA CARRERA DE POETA




La tradición es insoslayable
si hay que dedicar un poema al heredero.
Rojas, por ejemplo, tiene uno que declara
“Lihn tiene la palabra”, o algo por el estilo.
Como quien dice con un gesto
invitante de la mano: yo ya no estoy
para estos trotes, cabros. Estoy viejo.
Numinizado. Y si quieren
seguir esta carrera, cabros,
antes de copiarle a Pound cópienle
a Enrique, que es casi chileno.


Y uno sigue el consejo —y aunque
temes que aún le quede aliento,
a los 15 años detienes un segundo
tu carrera, tomas un clip del escritorio,
lo pliegas y le das forma de mariposa
muerta, y con ese marcapáginas
ad hoc cierras Del relámpago
en una página cualquiera, la primera
si eres siútico, así como quien jura
que, aunque ya sobrepasado, a Gonzalo,
cabros, se le sigue leyendo
al menos para no olvidar el canto.


Y sigues el consejo (aprendiz de corredor:
ya pasaste a uno por los palos
y ahora es el turno del siguiente más veloz)
y he aquí que antes de los 17
ya te has tragado Las Esferas, Manhattan
y ahora, en aire de desencanto, a punto
de irte alado por Ahumada, ya te sientes
un poeta-ciudadano —suspicaz,
supercrítico, no-global quizás—
pero poeta al fin y al cabo; y para un poeta,

cabros, la tradición es insoslayable
si hay que dedicar un poema al heredero.
Insoslayable, incluso, en la misma
tentación de elegirse uno: lo sorprendimos
espiando a través de los vidrios empañados
—¿del acuario, del invernadero?—,
observando al otro lado las maniobras
de la diáspora chilena, vibrando
con el roce de sus antenas cuando
se cruzaban en alguna capital europea,
y eligiendo, finalmente, desde el estrado
(también Lihn hizo de jurado),
con un gesto invitante de la mano,
a Roberto, el más suculento
crustáceo de ese tiempo, agregando
en el acta de premiación: “Bolaño
tiene la palabra”. O algo por el estilo.


Detengamos un momento la carrera
y meditemos sobre esto.
La primera pregunta es instintiva:
¿se trata de la misma palabra en uno
y otro caso? Y si es así, ¿desde cuándo
se la vienen pasando, esa palabra,
como al testigo en la carrera de las postas?
No lo sabremos, creo. Todos o casi
todos los involucrados en este caso
están muertos. Sabemos, eso sí, que bastan
dos para dar la apariencia de infinito,
y que tres son garantía de que algo extraño,
muy extraño ha venido pasando
(¿desde cuándo?, ¿y quién, si puede saberse,
se la pasó a Gonzalo en un principio?).


La segunda pregunta, en cambio,
con un trabajo de equipo podría responderse
de inmediato, y por eso, cabros, mientras
yo vuelo por sitios que violan todos
los copyrights y voy a caza de inéditos
de la poesía nacional, les pido
que rápidamente busquen en Bolaño
la famosa palabra que Rojas le pasó a Lihn
hace tantos años ya. Podremos
comparar, dar nuestras opiniones,
quizás votar las alternativas mejores.
Todo eso más tarde, en todo caso.
Por ahora, cabros, lo importante

es que con el aliento suspendido
(se les va la vida en esto, creo)
busquen en Bolaño: “X tiene la palabra”;
porque si lo dijo, cabros, si lo pillan,
eso o algo por el estilo, si la tradición
es insoslayable hasta el punto
que los muertos eligen herederos,
si ninguno se llama X y por lo tanto
no tenemos la palabra —no
tenemos el testigo— es que hemos
estado corriendo la carrera equivocada
y no era la velocidad, cabros,
ni el arte del canto, ni la astucia supercrítica
ni el desencanto sino un simple
gesto de la mano —invitante,
con un obsequio muy ligero
entre los dedos, como un aire
(o como un premio)—
lo que nos mantendría en esta pista.

 
 
del libro inédito SAFARI

Jorge Velásquez

Jorge Velásquez (Castro, 1972). Reside en Osorno. Comenzó a escribir poesía en el Taller Literario del Liceo Politécnico de Castro, que luego se transformó en la última promoción del grupo Aumen. Muestras de su poesía se han publicado en revistas nacionales y extranjeras, como también en varias antologías de poesía joven chilena. En coautoría con Bernardo Colipán publicó la antología crítica Zonas de Emergencia (Ed. Paginadura, 1994) que incluye a nueve poetas y tres ensayos acerca de esta generación de escritores. En el año 2006 publica La iluminada circunferencia. Actualmente prepara el libro Guaitecas.





TORNEO 73


Tadeo Velásquez, central del Tricolor y Amado Millán Manquilepi, del San Luis de Lin lin
jugaron su propio partido en Achao
Los cruzaron en la cancha más oscura y sin faroles
Podían intuirse hasta los descuentos

Habían metido un gol dicen, afuera del partido
Aunque nunca en su bendita inocencia gritaron por la UP

No ganaron la Libertadores ese año

y Teniente Rastrillo
    precisamente no era uno de sus hinchas

Estuvieron me cuentan, frente a un arco vacío

esperando

una o dos Tarjetas

Más rojas que el horizonte.





EL HIJO DE CHARLY


Son tantas las historias que podría contarte hijo
tantos los torneos como muertes picoteándome los ojos
pero vi, te juro, los mejores jugadores en esta isla
cuando tu no conocías representantes
ni la TV se veía con la espesura del monte

Los Álvarez y Yáñez del Insular y Victor Hugo
                                                  tomando el mediocampo
de Caguach Los Mayorga rápidos como bauda
Los Molinas en su bote llinguano construyendo victoria
                                    con la cabeza de Manzani

Vi a Rogelio volando hasta el infinito con una tapada
que tu podrías emular cuando te pruebes en Palestino
cuando a tu isla recuerdes con La Estadio entrevistándote
vi también un extraño espejismo
como si el dolor preparara del respiro sus últimas esencias

“En alguna parte hay un Domingo
y los Torneos se juegan igual sin Profesionales”

Un poco de luz debe entrar a la cocina
para que el abuelo a los pájaros deje salir entre la niebla

¿Quién dirá que el silencio rebota en la amargura?
¿No será el fuego de una espiga adversario de su mito?

Hijo no te olvides,
No

Los padres deben a los ríos volver sus ojos
cosechar lo que se ha sembrado de madrugada
porque el juego es la sentencia del desamparo.





de LA ILUMINADA CIRCUNFERENCIA (2006)






GUAITECAS




Mar e isla
Mar
Islotes
Temblorosas hierbas
Hielo pleistocénico
Agua colosal de las Guaitecas
Corriente en el roquerío
Barbas disfrazadas con el témpano
Raíces debajo de las gaviotas
Sargazos levantan un barranco de mar
Islas Magdalena, Riveros
nubes dibujan árboles en su sombra
El sol resplandece un conchal en Nalcayec
Fiordo Elefante es una ladera anclada en el viento
El mar escurre algas para las rocas
            lentitud y frenesí
            música y torrente
Semillas florecientes en los peñones
Frutos tatuados en el ala de un caiquén
Islas Benjamín, Victoria
La humedad rebrota un paraíso de helechos encubiertos
¿Quién desmorona el corazón salvaje oculto en el ñirre?
¿Qué hoguera trenza la luz para recoger restos de gaviotas
que se consumen entre la lamilla?
Ascesión
Isla Elvira
Árboles escriturados
Cavernas de lobos
Alerces montados en sus anillos
Fósiles desdentados frente a la austeridad
Agua
Gélido monte en su barbarie
Tiempo recién nacido de la cordillera
Remos invisibles
No importa si el timón vira hacia la derecha o la izquierda
La isla se hunde en su propio bote.
 
 

del libro inédito GUAITECAS

Bruno Serrano Ilabaca


Bruno Serrano Ilabaca (Chillán, 1943). Realizó estudios de Bellas Artes, Teatro y Filosofía en la Universidad de Chile. Ha impartido talleres literarios a pobladores marginales, prisioneras políticas, estudiantes e hijos de víctimas de la dictadura militar. Ha publicado los poemarios El Antiguo ha Sucumbido (Ed. Quilla de Navío, 1979), Poesía Subterránea (Ed. Corsario Record, 1981), Exilios (Ed. Tragaluz, 1982), Olla Común (Ed. Tragaluz, 1984), Poesía Prisionera, compilador. (Ed. Literatura Alternativa, 1988), Fin de Muslo (Ed. Fértil Provincia, 1991), El Corazón Tiene Alas de Ave de Paso (Ed. Tiempo Nuevo, 2002) y Fértil Provincia i Desterrada (Ed. Elogio del Horizonte, 2008). En narrativa ha escrito Los Rele-gados de Lo Hermida (Ed. Warrúa Filla, 1986), Maldito Cristóphoro Colombo (Ed. Fértil Provincia, 1993) y Los Náufragos (Ed. Fértil Provincia, 2006).





POEMAS RURALES (Montura Chilena)
LAS GRANDES ALAMEDAS


1
Anoche solté las bestias al potrero
Mi caballo no entiende
Que Andy Warhol haya pintado una lata de tomates
Le molestan los estribos golpeando sus verijas
Me tiene prohibidas las espuelas
Susurra:
Los animales entienden con palabras.


2
Vamos al galope por los campos de trigo de Millet
A mi caballo
Le costó aceptar las herraduras
Hubo que meterle clavo en las pezuñas
A la montura inglesa
prefiere la chilena
Son de oveja lanuda los peleros
Y la cincha no aprieta hasta la asfixia
Vamos al paso por un potrero iluminado de Van Gogh
Su cola espanta las moscas
La levanta
Defeca un montón aromático de bosta
sobre una Coca Cola
                                 sembrada en el camino
mientras se abren las grandes alamedas


3
La muerte es un suspiro,
Bufa mi caballo con la tuza flameando al viento
del galope
El polvo de sus patas sobre el camino terroso
es una humareda por donde filtra el sol su rayería
Relincha acezante
La muerte nos cae como un rebencazo sobre el lomo,
Como un espuelazo en los ijares
Como un clavo mal puesto en la herradura


4
(La carabina en la montura)
Llevo la Winchester cruzada en la montura
Y la bandera azul del wenu mapu
flameando en el coligue
Mi caballo masca el freno del bozal
por pura adrenalina
Sabe que la muerte es un suspiro y siempre nos alcanza


5
(Valle de la luna)
Maldito fue en plena cordillera de Domeyko
Bajando por el salar a Toconao
Era noche
El valle de la luna se iluminó de luz amarga
En kunza dice, en voz lickanantai el conjuro
Para espantar a la muerte que ha navegado de occidente,
Pero ella se descuelga incontenible por laderas del valle de la luna



6
(Pradera)
Mi iglesia es una pradera donde Ngenechen desciende de la cruz
Mi caballo galopa con la bandera azul del cielo
en círculos de polvo rodeando las ramadas
Al centro el rewe, pax vobiscum o algo parecido
Exclama
No entiende bien la lengua de la tierra
Galopa sudando en medio de otros caballares
La iglesia es esta planicie en Maiquillahue donde
Chao Ngenechen escucha a los lafkenche en su rogativa



7
(Equinas Divagaciones Fronterizas)

(a)
Mi caballo tampoco comprende la lengua kawésqar
Aesquiq sáes at cécel
Nunca navegó por el Golfo de Penas
hasta el Canal Messier
No fue criado en la Isla Wellington
Tampoco sirgó por los canales con la familia Tonko Paterito
Mi caballo cree que lo desconocido por él
No existe
Aesquiq sáes at cécel, ésta es mi casa murmura Gabriela Paterito Kaac
La última hablante de su lengua,
que cabalgó canoas de corteza montadas al lomo de las aguas
del olvido


(b)
En Rapa Nui los caballos son bien considerados
No es bueno el forraje,
Mucho suelo volcánico, medita
Pero los Rapa nos consideran sus hermanos
Y son buenos jinetes los tahina
Me contaba un viejo potro alazán
Que trotó largos años en la isla. Y retornó a morir al continente
Ya no se vive tranquilo en esas tierras
Mucho extranjero, mucho chileno, mucha droga...
Falleció en Chile junto a su vieja yegua percherona
To´hoku Mahatu m´ oku koe
Hanga rahi atu kia koe
Mi corazón es para ti, te quiero mucho
Me dicen sus últimos relinchos

 
 
 
 
del libro inédito POEMAS RURALES Y DE INDIAS

Daniela Senn


Daniela Senn (Santiago, 1986). El 2004 participó en el taller de poesía dictado por la poeta Soledad Fariña en la Universidad Finis Terrae. El 2005 se traslada al sur para licenciarse luego en antropología por la UACh. En dicho contexto universitario forma el colectivo literario El Megáfono, quienes editan una revista homónima. El 2008 obtiene la Beca de Creación Literaria, de la cual surge En Extinción (Ed. Lingua Quiltra, 2009), su primera publicación individual.







ÚLTIMA REACCIÓN



A cada crepitar del tiempo
sonoro y deslizante
toco el sentido con la lengua encendida
lapsos que suenan a otro lenguaje
fárrago irrumpiendo hacia los ojos
y al originario olvidarlo siempre.


El telón acaricia su caída.
Todo verde disfraz acusa óxido
sinceros robos que solidarizan
y engrandecen tristes espíritus.

Respiran con un solo órgano
adorando andar con los pies
un trozo de cuerdas vocales
para cada uno de los productos industriales
-el légamo se adhiere con facilidad-
una letra multiuso se cuela
el dictamen es unánime.

Motor a gran escala colectivo
Movimiento. Partido. Religión. Autoayuda.
Los suicidas no asumen su muerte en vida
se unen
y marchan.




INMUNE


El veneno huyó del calabozo.
estaba en el cauce
escondido tras la pluma
de mi membrana circundante.

 
 
 
Poemas inéditos.

José Eugenio Sánchez


José Eugenio Sánchez (Jalisco, 1965). Reside en la ciudad de Monterrey, México. Ha publicado El mar es un espejismo del cielo (1990), Tentativa de un sax a medianoche (1992), El azar es un padrote (Ana Fernández editor, 1995), Physical Graffiti (Ed. Visor, 1998), La felicidad es una pistola caliente (Ed. Visor, 2004) y Escenas sagradas del oriente (almadía, 2009). En 1996 perteneció al Internacional Writing Program de la Universidad de Iowa y en 1997 obtuvo el X premio internacional de poesía de la Fundación Loewe.





MIS RENTERAS


aunque las tres son señoritas
la más joven tiene 62

no me pidieron referencias:
una dijo que me parecía
a cristo

espero no llegue el día
en que me pidan les arregle la puerta
el matamoscas la regadera

ya me imagino yo con una estilson entrando al baño
siendo testigo de una penosa tragedia:

una mujer con piel de trapo
y el cabello enjabonado diciendo:
vente chiquito
o si le tienes miedo al agua vamos a la alcoba
nada más pásame el bastón
sirve que me pegas con él




de PHYSICAL GRAFFITI (1998)






EL DÍA DE LAS GUACAMAYAS


codornices disfrazadas de guacamaya
avestruces disfrazadas de guacamaya
águilas disfrazadas de guacamaya
tucanes cóndores palomas mariposas disfrazadas de guacamaya
pájaros bobo de patas azules disfrazados de guacamaya
cuervos pelícanos gorriones cenzontles cardenales disfrazados de guacamaya
mi periquita y yo disfrazados de guacamaya
era el día de las guacamayas

las cotorritas disfrazadas de guacamaya
les daban cortón a las guacamayas que no llevaban disfraz
las urracas disfrazadas de guacamaya picoteaban cualquier grano
mazorca o calva que espulgar
los marabúes disfrazados de guacamaya rondan
las vacas disfrazadas de guacamaya no sabían qué hacer
era el día de las guacamayas

mi periquita es una parvada de hermosura
y algunas pajarracas disfrazadas de guacamaya
nos fruncieron el pico al vernos

pero una guacamaya disfrazada de guacamaya
cacareó un discurso sobre volar sobrevolar
y el plumerío festejó hasta alzar el vuelo
y admiró a la guacamaya disfrazada de guacamaya

era el día de las guacamayas







MEDITACIÓN EN LAS COSTAS DONDE LAS TORTUGAS
ENTIERRAN SUS HUEVOS



oh no no no:
contento estoy por el dinero sí
y por las mujeres y los hombres con dinero sí
y por los lugares que lo tienen

mi debilidad sería morir en la bóveda del señor burns
en la chequera del internazionale
o en la polvera de pauline c
adoro el dinero
quiero cuatro clones mostrándome mi ropa cada mañana
y una tribuna de golf charlando conmigo por las noches

en estos momentos de amor maroma rebote frontón pista de hielo
asiento trasero del coche
donde lo único importante es el dinero
y el sexo por dinero
y por dinero la cantante duerme con un loco & un abusivo
& un representante & un depravado: un hombre de siglo xx
en estos días debería haber algo diferente
pero poco puedo hacer con esta mascarilla de pepinos
y el martini que oh casi casi se me tira




de LA FELICIDAD ES UNA PISTOLA CALIENTE (2004)





GORDAS SUMAS POR UNA DELGADA CREDIBILIDAD



calientes gritamos en medio del desierto pasando cigarro mano en mano
somos los más imbéciles para los imbéciles que ocupan grandes puestos
una redada una evidencia
un hipódromo con las mejores apuestas
: un ácido
un solo de guitarra largo e intenso que todos tararean
nuestro engrudo adhiere el presente en la línea punteada del pasado
construyendo en la papiroflexia un alarido
porque entre nosotros
los pioneros del crack la web el código binario
algunos cambiando de look
o de copilotos en un brilloso convertible estirando el brazo de picnic
o en una raya en lo profundo de los hoyos nasales
somos una flor en la ventana
un baño de vapor cerca de la terminal de autobuses
un plato humeante saliendo del microondas
y pasamos entre el polvo del cielo
como una máquina sofisticada y moderna
que siempre ha estado obsoleta
 
 
Poema inédito