jueves, 19 de noviembre de 2009

Jorge Velásquez

Jorge Velásquez (Castro, 1972). Reside en Osorno. Comenzó a escribir poesía en el Taller Literario del Liceo Politécnico de Castro, que luego se transformó en la última promoción del grupo Aumen. Muestras de su poesía se han publicado en revistas nacionales y extranjeras, como también en varias antologías de poesía joven chilena. En coautoría con Bernardo Colipán publicó la antología crítica Zonas de Emergencia (Ed. Paginadura, 1994) que incluye a nueve poetas y tres ensayos acerca de esta generación de escritores. En el año 2006 publica La iluminada circunferencia. Actualmente prepara el libro Guaitecas.





TORNEO 73


Tadeo Velásquez, central del Tricolor y Amado Millán Manquilepi, del San Luis de Lin lin
jugaron su propio partido en Achao
Los cruzaron en la cancha más oscura y sin faroles
Podían intuirse hasta los descuentos

Habían metido un gol dicen, afuera del partido
Aunque nunca en su bendita inocencia gritaron por la UP

No ganaron la Libertadores ese año

y Teniente Rastrillo
    precisamente no era uno de sus hinchas

Estuvieron me cuentan, frente a un arco vacío

esperando

una o dos Tarjetas

Más rojas que el horizonte.





EL HIJO DE CHARLY


Son tantas las historias que podría contarte hijo
tantos los torneos como muertes picoteándome los ojos
pero vi, te juro, los mejores jugadores en esta isla
cuando tu no conocías representantes
ni la TV se veía con la espesura del monte

Los Álvarez y Yáñez del Insular y Victor Hugo
                                                  tomando el mediocampo
de Caguach Los Mayorga rápidos como bauda
Los Molinas en su bote llinguano construyendo victoria
                                    con la cabeza de Manzani

Vi a Rogelio volando hasta el infinito con una tapada
que tu podrías emular cuando te pruebes en Palestino
cuando a tu isla recuerdes con La Estadio entrevistándote
vi también un extraño espejismo
como si el dolor preparara del respiro sus últimas esencias

“En alguna parte hay un Domingo
y los Torneos se juegan igual sin Profesionales”

Un poco de luz debe entrar a la cocina
para que el abuelo a los pájaros deje salir entre la niebla

¿Quién dirá que el silencio rebota en la amargura?
¿No será el fuego de una espiga adversario de su mito?

Hijo no te olvides,
No

Los padres deben a los ríos volver sus ojos
cosechar lo que se ha sembrado de madrugada
porque el juego es la sentencia del desamparo.





de LA ILUMINADA CIRCUNFERENCIA (2006)






GUAITECAS




Mar e isla
Mar
Islotes
Temblorosas hierbas
Hielo pleistocénico
Agua colosal de las Guaitecas
Corriente en el roquerío
Barbas disfrazadas con el témpano
Raíces debajo de las gaviotas
Sargazos levantan un barranco de mar
Islas Magdalena, Riveros
nubes dibujan árboles en su sombra
El sol resplandece un conchal en Nalcayec
Fiordo Elefante es una ladera anclada en el viento
El mar escurre algas para las rocas
            lentitud y frenesí
            música y torrente
Semillas florecientes en los peñones
Frutos tatuados en el ala de un caiquén
Islas Benjamín, Victoria
La humedad rebrota un paraíso de helechos encubiertos
¿Quién desmorona el corazón salvaje oculto en el ñirre?
¿Qué hoguera trenza la luz para recoger restos de gaviotas
que se consumen entre la lamilla?
Ascesión
Isla Elvira
Árboles escriturados
Cavernas de lobos
Alerces montados en sus anillos
Fósiles desdentados frente a la austeridad
Agua
Gélido monte en su barbarie
Tiempo recién nacido de la cordillera
Remos invisibles
No importa si el timón vira hacia la derecha o la izquierda
La isla se hunde en su propio bote.
 
 

del libro inédito GUAITECAS

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