jueves, 19 de noviembre de 2009

Luis Ovidio Ríos


Luis Ovidio Ríos (Tulancingo, 1979). Ha basado su formación en diversos talleres, entre los que destacan los impartidos por Ricardo Yáñez, Alberto Chimal y Estela Leñero. Editor desde 1996, año en que salió a la luz revista La grieta. Fundador y editor de las revistas Ad Livitum y SIC Literatura y otros errores. En 2008, publicó su primer libro de poesía titulado Espantasuegros (Ed.Fridaura). Se desempeña dando talleres creación literaria y clases de guitarra.




OBSEQUIO


Me regalaste una libreta
una pluma y un libro
Cuentos Completos
de Mario Benedetti
mi escritor de cabecera.

La pluma llevaba grabada
un nombre perecido al mío.

Sé que sabes mi nombre
ya te imagino con tus prisas diciéndolo
“Oviedo” te entendió
y así lo grabó.
Dije que no importaba
me pediste la pluma
para cambiarla
no te la di.


No pensaba cambiar
el obsequio de tus prisas
ni la satisfacción de saber
que también te equivocas.




de ESPANTASUEGROS (2008)




***

Te sé en la distancia
los hoteles amarillos nos extrañan
—mejor dicho— te extrañan
a mí ya me miran con malos ojos.

Su furia crece con las noches que no te tuve
de lejos tengo que velar sus sombras
hasta que el sol de paso los pinte
de color olvido.

Anochece la memoria
la nota exacta de tu silencio
la broma cruel de tu ciudad
la brisa fría del sinsentido
la letra eme de tus manos.

Finges tu muerte
mujer que no he de beber
y juega a matarme de sed.

***

Cuando nos casemos
no habrá mariachi
ni música versátil
sino un organillero
que nos deje claro
que el amor es de paso.


***

Si a cantar he de ponerme
voy a agradecerle un pulque
pa’ que en mi garganta esculque
la palabra que no enferme
evitar que el verso merme
pa’ que la gente lo aprenda
el Huapango es una ofrenda
aguamiel detrás del tule
que hace que mi voz fabule
y al decir salud no ofenda.

***


Ordeno mis letras que fingen versos
tarareo indeciso tu boca
busco palpar la mirada de roca
caminar tus pasos que no son tersos

Para rimar escribiré universos
con tu lápiz labial que me provoca
esa enfermedad que la luna invoca
y curas con tus placeres diversos

Érase una vez tu hospicio que acoge
mi palabra escasa y vagabunda
oferta consuelo, luz que recoge

hombres en la desgracia más fecunda
este azar no se evita ni se escoge
herido, ruego auxilio ante la tunda.

***

Poeta
que tiene razón
pierde el juicio.


***

Somos dos hielos
en un vaso de whisky;
dos rocas de un mar seco
que alguien bebió.
Nos derretimos juntos.

¿Quién retiene el vaso en la mano?
Quien nos da vueltas,
                    nos marea
                   como si nosotros bebiéramos;
                   nos observa:
                  siempre hay un hielo que sobrevive del otro
                                                  se alimenta de su frío
                   y apresura la inevitable agonía
                                                 como si fuera ajena.

 
 
 
 
del libro inédito TARAREO

1 comentario:

  1. Alguien me pidio un audio de la última mesa de lectura en la sala Paranonfo...¿Fuiste tú?
    De<es así, comunicate perezaenator@gamil.com

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